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domingo, 24 de noviembre de 2024

LA SOPRENDENTE REPERCUSIÓN EN LA PRENSA INTERNACIONAL DEL ASALTO AL TREN CORREO EN MANZANARES (1872)

El espectacular asalto del tren correo perpetrado por una numerosa partida de bandoleros en las proximidades de Manzanares en el año 1872 fue portada y uno de los temas principales del libro Manzanares durante el Sexenio Revolucionario (1868-1874). En su momento, las fuentes utilizadas para reconstruir estos hechos fueron las innumerables noticias publicadas en la prensa nacional de la época, donde este atraco tuvo una enorme repercusión. En una situación de máxima inestabilidad política, en los días previos a unas elecciones generales y pocos días antes del estallido de la Tercera Guerra Carlista, el Gobierno fue objeto de duras críticas por la enorme impunidad con la que actuaron los bandoleros y por la sensación de inseguridad que se extendía por todo el país.

El asalto en la prensa diaria internacional

Lo que no podíamos imaginarnos es que este suceso fue también noticia destacada en todo el mundo, en países como Francia, Reino Unido, Alemania o Estados Unidos. Pensamos que la globalización es un fenómeno reciente, pero a finales del siglo XIX el telégrafo ya permitía que en pocos días una noticia de calado recorriese las rotativas de todo el mundo. El atraco se produjo en la noche del 30 al 31 de marzo, pues nada menos que en la edición del día 2 de abril una breve reseña del robo fue publicada en periódicos de EE.UU como el New York HeraldChicago Tribune o New Orleans Republicen la prensa francesa como la parisina La Republique Française o Le Soir; en rotativas del Reino Unido como las londinenses The Echo o Pall Mall Gazette

Noticia, y traducción a la derecha, sobre el robo del tren correo del New York Herald del 2 de abril de 1872.

En los días siguientes el interés por el asalto fue en aumento y se publicaron durante todo el mes de abril largas crónicas que en algunos casos eran traducciones de publicaciones de periódicos españoles. Más interesantes son las noticias elaboradas directamente por corresponsales o periodistas extranjeros que aportan una interesante visión de cómo veían a los españoles de la época. Gracias a estas crónicas se puede entender por qué este atraco tuvo tanta repercusión en la prensa internacional. Podríamos afirmar que la noticia del asalto al tren en Manzanares encajaba perfectamente con todos los tópicos que sobre nuestro país habían trasladado los denominados viajeros románticos. Tras la guerra de la Independencia (1808-1814) y en plena época del romanticismo, muchos viajeros extranjeros recorrieron España empeñados en encontrar características propias de un lejano y exótico reino de oriente. En las crónicas de estos viajeros siempre destacan los temibles e idealizados bandoleros, las sensuales y misteriosas gitanas, los valientes toreros, los pícaros, las fiestas, el baile o el flamenco, los vestigios árabes, etc. 

De hecho, muchas de las noticias sobre el atraco recuerdan la visión que sobre nuestro país traslada el libro Lettres d’Espagne de Prosper Mérimée, uno de estos viajeros románticos y autor también de la novela Carmen[1]Mérimée dedica especial atención en su libro al bandolero José María el Tempranillo al que convierte prácticamente en un héroe:

«era muy cortés y con buenos modales, y daba la mano a las señoras para que bajaran de la diligencia (…) Cuando roba un anillo a una dama dice: "Una mano tan bella no necesita de adornos"».

De forma similar, el New York Dispatch del 21 de abril empieza su crónica de una "romántica historia de bandidos españoles" destacando que el "jefe de los ladrones era un caballero". Las líneas que dedican al líder de los bandidos recuerdan el texto anterior de Mérimée sobre José María el Tempranillo:

«Su jefe es un joven de unos 24 años de edad, de apariencia agradable y distinguidos modales. Ordenó tajantemente a sus hombres que no molestasen más a los pasajeros de lo que fuese absolutamente necesario. El guardia civil que había luchado personalmente con él y que había caído herido, le debía la vida ya que evitó que uno de los bandidos le rematara»

Fragmento de la noticia de New York Dispatch del 21 de abril de 1872,
 en la que se describe amablemente al líder de los bandoleros.

La prensa francesa también se centró en las peculiares características del líder de los bandidos, y siempre tan chovinista, destacó con orgullo su posible origen francés. En Le Rappel del 7 de abril de 1872 se menciona que:

«... el líder de los bandidos tenía un nombre francés, pero añadió que a él debían varios viajeros el hecho de que sus hombres no los hubieran degollado. Esto es ciertamente muy halagador para Francia, cuya antigua reputación de generosidad y caballerosidad adquiere así un nuevo prestigio»

Fragmento de la noticia de Le Rappel del 7 de abril de 1872.

En otro medio parisino, L'Univers illustré del 13 de abril de 1872se recurre precisamente a fragmentos de libros sobre España de dos de los viajeros románticos franceses más reconocidos, Théophile Gautier y Alejandro Dumas[2], para describir a sus los lectores La Mancha, la región escenario del asalto al tren, de forma muy pintoresca y ciertamente desfavorable. En el periodico rescatan un fragmento del libro de Théophile Gautier en el que se muestra impresionado por la pobreza del territorio e ironiza sobre que ni los ladrones tienen de que vivir "donde no se encontraría nada para cocinar un huevo cocido en diez leguas a la redonda". También es cierto que atravesó La Mancha a principios de la década de 1840, tras la Primera Guerra Carlista que había devastado el territorio, lo que podría justificar su desfavorable visión sobre La Mancha. Del libro de Alejandro Dumas mencionan en la noticia sus quejas de los miserables albergues de Manzanares y Valdepeñas, aunque elogia el vino local de excelente sabor y a las gentes de La Mancha "muchachas jóvenes risueñas con grandes ojos aterciopelados, los majos, los toreros y otros tipos pintorescos".

La prensa internacional no solo resaltó estos aspectos más anecdóticos del suceso, sino que, además, al igual que buena parte de los periódicos nacionales, vertieron duras críticas contra el Gobierno español. En la crónica ya mencionada del New York Dispatch se afirma "que tal acto sea posible refleja el mayor descrédito para el Gobierno español, con su ejército de 150.000 soldados, Guardia Civil y carabineros" que no podía impedir que los salteadores campasen a sus anchas.

El asalto en los semanarios ilustrados internacionales

El asalto al tren también fue objeto de especial atención en los semanarios ilustrados, que se publicaban los fines de semana. En una época en la que fotografía todavía no había llegado a la prensa, estos semanarios ilustraban las noticias más destacadas de la semana con elaborados grabados y litografías. Hemos podido localizar hasta cinco ilustraciones que reproducen con bastante exactitud los aspectos más destacados del atraco. Vamos a aprovechar estas imágenes para hacer un relato cronológico de los principales hechos acontecidos durante el asalto al tren.

En la noche del 30 de marzo los bandoleros habían retenido a los guardas que trabajaban en el paso a nivel que existía en la venta de Consolación, a medio camino entre Manzanares y Valdepeñas. Les obligaron bajo amenazas a levantar los raíles y a amontonar las traviesas sobre la vía. Pasadas las doce de la noche, cuando el tren correo se aproximaba al paso a nivel, los bandoleros obligaron a los guardas a hacer señales de detención al maquinista, pero éste no pudo o no quiso parar. Cuando el tren llegó hasta la zona con los raíles levantados acabó descarrilando violentamente, mientras los bandoleros disparaban sobre el maquinista. En la ilustración publicada en el semanario londinense The Penny Ilustrated Paper se puede apreciar estos primeros momentos, cuando el tren empieza a descarrilar y el maquinista y el fogonero saltan por ambos lados de la locomotora entre los disparos de los atacantes.

The Penny Ilustrated Paper del 13 de abril de 1872

Tras abandonar la locomotora, el maquinista corrió pidiendo auxilio en busca de dos guardias civiles que viajaban como pasajeros. Uno de los dos guardias, desde el vagón inmediato a la máquina, empezó a hacer fuego sobre los asaltantes como puede observarse en esta ilustración publicada en el semanario parisino L'Univers illustré.

L'Univers illustré del 13 de abril de 1872

En estas dos primeras ilustraciones hay una evidente inexactitud en el paisaje montañoso en el que se ambienta la acción. Es lógico que los ilustradores de las revistas en Londres y París pensaran que un asalto al tren en la montañosa España debía haber ocurrido en un abrupto desfiladero entre sierras. Por el contrario, como ya hemos mencionado, el asalto se produjo en plena llanura manchega entre Manzanares y Valdepeñas. El texto al pie de la segunda imagen también comete otro error al atribuir el ataque a bandoleros de Sierra Morena, lugar por excelencia del bandolerismo en España en el que operó precisamente José María el Tempranillo. Sin embargo, los bandoleros, probablemente, tenían su refugio en los montes de Toledo.

Las dos siguientes imágenes se centran en los hechos más violentos ocurridos durante el atraco protagonizados por los dos guardias civiles y un teniente del ejército, que también formaba parte del pasaje. Se enfrentaron de forma heroica y con enorme desventaja numérica a los asaltantes, una partida que según las crónicas ascendía a unos 25 bandoleros. 

En la imagen publicada en el semanario francés L'Illustration Journal Universal, posiblemente la de mejor calidad y realismo, se puede observar a tres de los asaltantes que disparan desde el techo del vagón, por el hueco por el que salía el humo de las lámparas, para abatir al guardia civil que desde el interior estaba haciendo fuego contra los bandoleros. Los atacantes consiguieron su objetivo al dejar gravemente herido al guardia tras impactar varios perdigones en uno de sus ojos. A la derecha de la imagen aparece el teniente, que sable en mano y al grito de "a por ellos", cargó contra los asaltantes apoyado por el segundo guardia civil. La ilustración también muestra como los bandoleros dispararon contra el teniente hiriéndole en el hombro mientras reducían entre varios hombres al guardia. A los pies del militar se ve a otro viajero abatido, un actor cómico procedente de Granada que no obedeció las órdenes de los bandoleros y que recibió un disparo a bocajarro que le atravesó el cuerpo. Tras largas horas de agonía el actor acabó falleciendo, siendo la única víctima mortal del atraco.

L'Illustration Journal Universal del 13 de abril de 1872.

En la siguiente ilustración de la revista parisina Le Monde Illustré se aprecian los mismos hechos que en la imagen anterior. En primer plano, delante de la locomotora, yace el cómico abatido. A la izquierda de la foto aparecen el teniente y el guardia civil y a la derecha, en el techo, se puede observar también a los asaltantes disparando hacia el interior del vagón.

La última de las ilustraciones, publicada en el semanario londinense The Day’s Doing, es la que más licencias se toma respecto a la realidad. En el centro de la imagen se muestra a una mujer aterrada que abraza a otro viajero mientras los bandoleros desvalijan sus maletas. Realmente, una vez que cesó la resistencia inicial, los bandoleros apenas prestaron atención a los viajeros. Incluso, les intentaron tranquilizar, asegurándoles que no tenían que temer por sus vidas pues sólo querían dinero, y les obligaron a refugiarse en los vagones. Mientras, los bandidos centraron su interés en el vagón de equipajes en el que se transportaba la recaudación de la compañía ferroviaria. Pasada una larga hora de angustia, los viajeros refugiados en los vagones en completo silencio oyeron una voz de "¡fuera!" y un silbido. Los pasajeros más atrevidos que se asomaron al exterior contemplaron, con gran alivio, como los bandidos, unos a pie y otros a caballo, se retiraban con el botín obtenido en el vagón de equipajes.

The Day’s Doing del 13 de abril de 1872.

Para los más curiosos

No se han localizado ilustraciones sobre los sucesos posteriores: la retirada de los bandoleros, la llegada de un tren socorro desde Manzanares, la persecución emprendida por la Guardia Civil del puesto de Manzanares, las detenciones posteriores, etc. Para aquellos lectores que tengan interés en conocer más en detalle los hechos sucedidos y en entender el complicado contexto político de la época en el que el asalto al tren ocupó un lugar central del debate público les remitimos al libro Manzanares durante el Sexenio Revolucionario (1868-1874), a un artículo publicado en la revista Raíz y Rama sobre este mismo suceso y al vídeo de la presentación de la revista realizada en la Biblioteca Municipal de Manzanares. Por último, los más interesados pueden consultar en el apéndice de este mismo artículo una selección de las múltiples noticias publicadas en la prensa de la época, incluida la española, sobre este espectacular suceso.

Miguel Ángel Maeso Buenasmañanas, noviembre de 2024



[1] El libro Carmen de Prosper Mérimée sirvió de inspiración para el libreto de la ópera homónima de Georges Bizet. En este libro, típico del romanticismo y lleno de tópicos sobre España, se narra la historia de un militar español que, por culpa de una gitana de nombre Carmen de la que se enamora ciegamente, acaba convertido precisamente en un bandolero.

[2] Un voyage en Espagne (1843) de Théophile Gautier e Impressions de voyage de Paris à Cadix (1847) de Alejandro Dumas.


APÉNDICE NOTICIAS DIGITALIZADAS:

EE.UU

Francia

Reino Unido

Alemania

domingo, 20 de octubre de 2024

Resumen de la ponencia "MANZANARES, BASTIÓN DEL LIBERALISMO: LOS MANIFIESTOS DE 1835 Y 1854"

En el XXI Congreso de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha, celebrado en Manzanares el 19 y 20 de octubre de 2024, se ha presentado la ponencia titulada "MANZANARES, BASTIÓN DEL LIBERALISMO: LOS MANIFIESTOS DE 1835 Y 1854". Todas las ponencias del congreso se recopilarán en un libro que se publicará en los próximos meses. Como adelanto al libro, incluimos a continuación el resumen de dicha ponencia, que se expuso en la biblioteca municipal Lope de Vega como parte de los actos del congreso.


Cuando me propusieron participar en este congreso pensé en exponer algún tema histórico que fuera muy representativo del carácter de los manzanareños y que, al mismo tiempo, también fuera curioso y de interés. Recordé que a lo largo de las investigaciones que he realizado en los últimos años sobre la historia de Manzanares siempre me ha llamado mucho la atención el carácter marcadamente liberal de esta localidad durante el siglo XIX. Esto es todavía más llamativo teniendo en cuenta que durante esta centuria en la provincia de Ciudad Real los rivales ideológicos del liberalismo, primero el absolutismo y más tarde el carlismo, tuvieron una fuerte presencia. Y este ha sido el tema elegido finalmente para mi ponencia titulada "Manzanares, bastión del liberalismo: los manifiestos de 1835 y 1854"

Pero antes de continuar con el motivo central de mi intervención quiero hacer una reivindicación del término liberal que, desgraciadamente, está en la actualidad lleno de connotaciones negativas. No hay mayor ataque entre rivales políticos que calificar las iniciativas de otros partidos con los adjetivos de “neoliberal” o “ultra liberal”. Sin embargo, en el siglo XIX el liberalismo era la corriente de pensamiento político más avanzada que representaba el anhelo de muchos ciudadanos de crear una sociedad más justa basada en el reconocimiento de los derechos individuales (expresión, asociación, propiedad…), la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley o la soberanía popular. Para los liberales todos estos derechos debían estar recogidos y protegidos por una constitución. Estos planteamientos son, ni más ni menos, que la base de las modernas democracias occidentales. 

Volviendo al tema principal de mi ponencia, ¿en qué me baso para destacar el carácter liberal de Manzanares? Podría citar muchos acontecimientos, por ejemplo, durante la Primera Guerra Carlista se debatió en las Cortes convertir a Manzanares en la capital provincial por ser el lugar más seguro de la provincia para albergar a instituciones como la Diputación o el Gobierno Civil. Se consideraba a Manzanares el pueblo más afín al nuevo régimen liberal y el que, además, contaba con una Guardia Nacional muy numerosa, formada por vecinos voluntarios, que protegería a las autoridades provinciales ante posibles ataques de los carlistas. De forma similar, en 1823, al final del Trienio Liberal, Manzanares se convirtió, en palabras de otro historiador, en el "Cádiz de La Mancha", por ser el último refugio de las autoridades provinciales antes del triunfo final de los absolutistas.

Sin embargo, en mi ponencia me voy a centrar en dos hechos históricos ocurridos en Manzanares que provocaron nada menos que la caída del Gobierno, como son los manifiestos de 1835 y 1854. Mucho más conocido el segundo que el primero y, sin embargo, ambos muy similares por su desarrollo y repercusiones políticas. Ahora los gobiernos se deciden normalmente en Madrid y, en algunas ocasiones, en Cataluña o el País Vasco, pues en aquella época, o al menos en estos dos episodios, esto ocurría nada menos que en Manzanares.

Para entender lo sucedido en estas dos fechas hay que tener en cuenta que el liberalismo se había escindido en dos corrientes políticas antagónicas que serán los protagonistas de estos hechos: moderados y progresistas. En este caso no se pueden hacer analogías con el presente, no deberíamos identificar ideológicamente a estos partidos con los que actualmente dominan la política española ya que por aquel entonces la izquierda o el socialismo no existían, ya que son un fenómeno político posterior. 

Pasemos ya a describir sin más dilación los acontecimientos ocurridos y las similitudes de ambos procesos. Tanto en 1835 como en 1854 gobernaban los moderados en medio de un gran descontento de la opinión pública. En 1835 el descrédito del Gobierno se debía a la tibieza en las reformas, no se había proclamado todavía una constitución a pesar de que habían pasado ya dos años desde la muerte del absolutista Fernando VII. Adicionalmente, los fracasos militares en la Primera Guerra Carlista contribuían poderosamente al descrédito del Gobierno. En 1854 las causas del descontento eran múltiples: la falta de alternancia habiendo monopolizado el poder los moderados durante la última década; el giro autoritario del Gobierno, que quería aprobar una reforma constitucional muy restrictiva de las libertades individuales; los escándalos de corrupción relacionados con concesiones ferroviarias, que afectaban incluso a María Cristina, la madre de la reina Isabel II. En este último punto de la corrupción, desgraciadamente, poco hemos cambiado en estos dos últimos siglos.

En ambas fechas hubo una sublevación militar para derribar al Gobierno. En 1835 fue el Ejército de Andalucía quién se sublevó y en 1854 fueron parte de las tropas de guarnición en Madrid.

De nuevo, en estos dos periodos, los ejércitos sublevados terminaron estableciéndose en Manzanares. En 1835 el Ejército de Andalucía avanzó hasta Manzanares donde fijó durante semanas su cuartel general y desde donde suponía una amenaza para el Gobierno por su cercanía a Madrid a pocos días de marcha. Y en 1854, tras una batalla de resultado indeciso contra fuerzas leales al Gobierno en las afueras de Madrid, en Vicálvaro, los sublevados se retiraron hasta Manzanares.

Otra similitud es que en ambos casos al frente de los sublevados había importantes figuras políticas. En 1835 el liderazgo político del Ejército de Andalucía lo ostentaba desde Manzanares el Conde de las Navas, que había sido uno de los principales líderes progresistas en las Cortes convocadas el año anterior. En 1854 la sublevación la lideró el general O’Donnell, al que se le unieron en nuestra localidad otras prominentes figuras como fue el caso del general Serrano y Antonio Cánovas del Castillo.

De nuevo, en ambas ocasiones, en Manzanares se redactó y proclamó un Manifiesto. El objetivo principal del Manifiesto de 1854 era atraer a los progresistas a la sublevación. El general O’Donnell era una figura próxima a los moderados, lo que había restado apoyo político a los sublevados. Los partidos de oposición, principalmente los progresistas, consideraban la sublevación como una disputa interna entre diferentes corrientes de los moderados. Los guiños del Manifiesto hacia las posiciones políticas progresistas (ampliación del derecho al voto, descentralización en favor de los ayuntamientos, recuperación de la milicia nacional, etc.) fueron decisivos para que éstos se unieron a la sublevación. De esta forma, el Manifiesto de Manzanares del año 1854 fue decisivo para que una sublevación militar al borde del fracaso se convirtiera en una revolución popular que se acabó extendiendo por toda España. En este caso, sí que hay diferencias respecto a 1835 ya que el Manifiesto de ese año redactado por el Conde de las Navas, cuya principal reclamación era la proclamación de una constitución, no tuvo tanta repercusión política. En 1835 el poder de los sublevados se basaba más en el numeroso Ejército de Andalucía, acantonado en Manzanares tan cerca de Madrid, que en la fuerza de las ideas transmitidas en su Manifiesto.

Finalmente, ambos episodios tuvieron un resultado muy parecido: los gobiernos moderados cayeron y fueron sustituidos por gabinetes liderados por grandes figuras del partido progresista. En 1835 encabezó el nuevo Gobierno Juan Álvarez de Mendizábal, que al año siguiente aprobaría la importante desamortización de los bienes eclesiásticos, y en 1854 la presidencia recayó en el general Espartero, manchego originario de Granátula de Calatrava.

Esta es una explicación muy rápida de los hechos, ambos acontecimientos tienen una gran complejidad interna de mucho interés y para más información les remito a mi ponencia. No querría terminar sin hacer un llamamiento. Estamos en una época en la que cualquier acontecimiento histórico se interpreta a la luz de la más inmediata actualidad política, en la que fácilmente se hacen bandos calificando a todos los personajes históricos como amigos o enemigos. Creo que ha llegado la hora de que los españoles se reconcilien con su historia y, en este caso concreto, que los manzanareños y todos los castellanos manchegos, de cualquier ideología, se sientan legítimamente orgullosos de estos acontecimientos en los que Manzanares ocupó un lugar central en la historia y evolución política de España.

Miguel Ángel Maeso Buenasmañanas, 19 de octubre de 2024.

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viernes, 18 de octubre de 2024

CONFERENCIA "UNA VILLA NUEVA EN EL CAMPO DE CALATRAVA: MANZANARES EN LA EDAD MEDIA"

En este mes de octubre, como parte de los actos de las XI Jornadas Medievales, impartió una conferencia Jesús Manuel Molero García, profesor titular de la Universidad de Castilla - La Mancha, titulada "Una villa nueva en el Campo de Calatrava: Manzanares en la Edad Media". El evento fue organizado por la Asociación Cultural El Zaque y presentado por Francisco Contreras González.





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jueves, 2 de mayo de 2024

DOCUMENTO: EL CATASTRO DE LA ENSENADA DE MANZANARES (1752)

Este conocido catastro, elaborado durante el reinado de Fernando VI, toma su nombre de su impulsor, el ministro de Hacienda Zenón de Somodevilla y Bengoechea, I marqués de la Ensenada. Su propósito era calcular la renta de cada contribuyente con el objetivo último de establecer un nuevo impuesto directo conocido como Única Contribución. Este nuevo tributo debía sustituir a las denominadas rentas provinciales, un conjunto de impuestos, en su mayor parte indirectos, de gran complejidad recaudatoria, ineficientes y que provocaban un reparto muy desigual de las cargas fiscales entre los contribuyentes.

El catastro de la Ensenada se elaboró para todo el reino de Castilla entre 1749 y 1759 y produjo una enorme cantidad de información recogida en nada menos que 80.000 volúmenes manuscritos. Para cada contribuyente se registraron sus propiedades urbanas, propiedades rústicas, ganadería, cargas y gastos, ingresos por actividades comerciales, industriales y financieras. Como parte del catastro también se realizó un completo censo seglar y eclesiástico de cabezas de familia o vecinos que, además, incluía a todas las personas dependientes de éstos, ya fueran familiares o trabajadores.

Aunque finalmente no se logró el objetivo de poner en funcionamiento la Única Contribución, la ingente tarea realizada con la elaboración del catastro ha proporcionado una información valiosísima para conocer en detalle la economía y sociedad de la época.

El catastro de la Ensenada es uno de los conjuntos documentales del siglo XVIII más importante y detallado que se conserva sobre nuestra localidad. A continuación, publicamos los documentos más importantes del catastro correspondientes a Manzanares mediante enlaces a ficheros pdf con los manuscritos originales digitalizados. La enorme información disponible se ha agrupado en los siguientes epígrafes: 

1. RESPUESTAS AL INTERROGATORIO.
2. CENSOS DE POBLACIÓN.
2.1. Libro del personal y vecindario de legos o seglares
2.2. Libro del personal y vecindario de eclesiásticos 
3. INVENTARIOS DE BIENES.
3.1. Bienes de legos y seglares
3.2. Bienes de eclesiásticos
3.3. Bienes municipales, de la Corona y salarios 
3.4. Datos estadísticos 
3.4.1. Agricultura 
3.4.2. Ganadería  
3.4.3. Inmuebles y otras rentas 
3.4.4. Oficios 
4. INVENTARIO DE EDIFICACIONES

1. RESPUESTAS AL INTERROGATORIO

El primer paso del proceso de elaboración del catastro consistía en la respuesta a un interrogatorio por parte de las autoridades locales, ayudadas por los peritos enviados por la Corona. El interrogatorio constaba de cuarenta preguntas sobre los límites de la población, extensión del término municipal, jurisdicción, número de vecinos, fuentes de riqueza, unidades de medida utilizadas, etc. Estas respuestas permitían obtener una visión global de cada localidad de forma previa a los trabajos catastrales.

En cuanto a las preguntas de tipo cuantitativas, como por ejemplo la superficie dedicada a cada tipo de cultivo o el número de cabezas de ganado, las autoridades municipales contestaban en base a estimaciones previas. Los datos reales no se obtenían hasta la finalización del minucioso trabajo realizado por los peritos en los meses siguientes. Por ejemplo, en el caso de Manzanares, en el interrogatorio se afirmaba que había 800.000 vides en todo el término municipal, cuando en los datos finales del catastro el número de vides ascendió a 1.188.135. Por tanto, los datos de tipo cuantitativo que aparecen en las respuestas del interrogatorio deben considerarse sólo como orientativos.

Adicionalmente, para mejorar la compresión de este documento, incluimos un enlace a un artículo de Antonio Bermúdez con la transcripción comentada de las respuestas de Manzanares al interrogatorio.

Primeras preguntas del interrogatorio.

2. CENSOS DE POBLACIÓN

Como comentábamos anteriormente, la elaboración del catastro de la Ensenada incluía la realización de un completo censo. Este censo se elaboraba de forma independiente para seglares y eclesiásticos. 

2.1. Libro del personal y vecindario de legos o seglares

En este primer documento de censo de seglares aparecen los 1.389 vecinos o cabezas de familia con las que contaba Manzanares en la época. Debido al tamaño del documento, lo publicamos en tres archivos diferentes:

Enlace al libro del personal y vecindario de legos o seglares. Vecinos del 1 al 450.
Enlace al libro del personal y vecindario de legos o seglares. Vecinos del 451 a 979.
Enlace al libro del personal y vecindario de legos o seglares. Vecinos del 980 al 1389.

Los vecinos están ordenados por grupos sociales y profesiones. En primer lugar, aparecen los miembros del Ayuntamiento, los nobles y las personas distinguidas, para seguir con los médicos, boticarios, escribanos, trabajadores manuales... y terminando en esta curiosa escala social con los jornaleros, pobres sin oficio y, en último lugar, las viudas y solteras. Esta clasificación es un fiel reflejo de los valores de la época.

Por cada vecino se incluyen sus familiares (cónyuge, hijos...) y sus trabajadores (criados de servicio, criados de labor, pastores...). Esta forma de organizar la información dificulta el cálculo de la población real de Manzanares ya que una misma persona puede registrarse primero como criado y, posteriormente, aparecer de nuevo como vecino. En cualquier caso, utilizando una ratio de conversión de 3,8 entre vecinos y habitantes y considerando también a los 33 vecinos eclesiásticos podríamos llegar a estimar una población de 5.404 habitantes [1].

Esta estimación de la población la podemos confrontar con otro documento del catastro que enlazamos a continuación donde se recogen todas las personas incluidas en los censos seglares y eclesiásticas agrupadas por diferentes conceptos (vecinos, menores, sirvientes, pobres de solemnidad, religiosos...). 

Enlace al documento con el recuento de personas incluidas en los censos de seglares y eclesiásticos.

Si sumamos todas personas incluidas en este último documento el número total de habitantes asciende a 5.883 personas, pero posiblemente en este recuento haya también duplicados entre los 254 sirvientes y 300 pobres identificados que puedan figurar, a su vez, también como vecinos. A partir de la estimación y los datos del documento anterior, podríamos concluir que la población de Manzanares a mediados del siglo XVIII rondaría entre los 5.500 y 5.750 habitantes.

Para terminar este apartado, adjuntamos a continuación el enlace a un último documento en el que se incluyen también los 1.389 vecinos de Manzanares, en el mismo orden y con la misma numeración que en el libro del personal, pero indicando únicamente su nombre y profesión. Este documento es de mucha utilidad en caso de necesitar localizar a una persona concreta, ya que su menor tamaño posibilita agilizar las búsquedas. Adicionalmente, en las páginas finales están incluidos todos los propietarios legos forasteros con bienes en Manzanares ordenados por su población de residencia.


Portada del libro del personal y vecindario de legos o seglares

2.2. Libro del personal y vecindario de eclesiásticos

En el libro del personal y vecindario de eclesiásticos, sin contar familiares ni trabajadores, se censan un total de 71 religiosos.

Los religiosos de Manzanares se distribuían de la siguiente forma entre el clero regular (que está sujeto a la regla de una orden religiosa) y el secular (formado por sacerdotes que trabajan en iglesias y parroquias):


No solo el número de religiosos era elevado, si lo comparamos con patrones actuales, sino que además disponían de unos cuantiosos ingresos, procedentes tanto de sus bienes personales como, sobre todo, obtenidos a través de las capellanías, vínculos o memorias de las que eran beneficiarios. Estas fundaciones eran creadas por feligreses que separaban de su patrimonio unos bienes que asignaban al mantenimiento de un clérigo. A su vez, dicho clérigo se comprometía a celebrar un cierto número de misas o rituales sagrados por el alma del fundador y sus descendientes. 

El número de este tipo de fundaciones en Manzanares era muy elevado y acumulaban una enorme cantidad de bienes, principalmente fincas rústicas y urbanas. En general, el patrimonio en manos de los eclesiásticos era elevadísimo y les proporcionaban un elevado nivel de vida. Un 27,10% de la tierra y un 21,81% de las cabezas de ganado eran propiedad particular de religiosos, de fundaciones (capellanías, vínculos, memorias...) y de instituciones eclesiásticas (conventos, cofradías...), tanto locales como forasteras.


3. INVENTARIO DE BIENES

En el catastro se realizaron diferentes inventarios de bienes organizados por tipos de contribuyentes: legos y seglares, eclesiásticos, de la Corona, municipales, etc.

3.1. Bienes de legos y seglares

Los inventarios de los bienes de legos y seglares están organizados en tres libros. Los dos primeros contienen exclusivamente bienes de vecinos de Manzanares y en el tercero se incluyen tanto vecinos como forasteros con propiedades en nuestra localidad. 

Los libros se organizan por propietarios que se van numerando secuencialmente y que aparecen en un orden muy similar al establecido en los censos. Para cada uno de los propietarios se detallan sus propiedades en el siguiente orden: casas, fincas rústicas, eras, casas de campo, ganado, otros ingresos (molinos, censos...) y, por último, cargas existentes contra los bienes anterioresPara facilitar la búsqueda de personas concretas cada libro cuenta con un índice alfabético de propietarios en el que se indica el número de página en el que aparecen sus bienes. 

Debido al elevado tamaño de estos documentos los publicamos en diferentes archivos:
  • Libro 1 de bienes de legos y seglares (vecinos): Este primer libro empieza con un interesante resumen de todas las propiedades agrícolas del conjunto de propietarios legos (ya sean vecinos o forasteros). A continuación, incluye los 117 primeros contribuyentes que, en general, podríamos afirmar que eran los vecinos más acaudalados de Manzanares.
  • Libro 2 de bienes legos y seglares (vecinos): Incluye los contribuyentes desde la posición 118 a la 542, que se corresponden con los medianos propietarios.
  • Libro 3 de bienes de legos y seglares (vecinos y forasteros): La información incluida en este tercer libro es: contribuyentes menos pudientes desde la posición 543 a la 764, viudas y mujeres solteras desde la posición 765 hasta la 973, bienes municipales en la entrada 966 (página 505), para finalizar con los 158 contribuyentes forasteros con bienes en nuestra localidad.

Para entender la información que contienen estos documentos incluimos a continuación un ejemplo real comentado del registro de una finca rústica:


La información incluida en este registro de ejemplo, y que es común a muchas de las entradas del catastro, es la siguiente:

1. Propietario del bien: Don Ignacio Salcedo. 
 
2. Tipo de finca: Tierras de segunda calidad para sembradura. 
 
3. Extensión y calidad de la tierra: Una pieza de tierra de caber cuarenta y tres fanegas y tres celemines de segunda calidad de secano. Una fanega estaba formada por 12 celemines y su superficie era de 6.439,48 m2. Por tanto, esta finca tenía una superficie de 27,85 hectáreas.

4. Ubicación: En el sitio destaquillas distante legua y media. Las distancias se calculaban desde el casco urbano.

5. Linderos de la finca: A levante y norte con Don Francisco de Quesada, al sur con el carril de la casa de Maiorga y a Poniente con el prior de esta villa...

6. Representación gráfica de la forma de la parcela.

7. Ingresos medios anuales calculados para la parcela: 2.205 reales y 25 maravedíes.

 

La primera cantidad que aparece se corresponde con los reales. El símbolo que aparece en la segunda posición, similar a un cero, es el separador de millares. La segunda cantidad, de tamaño más pequeña, son los maravedíes (un real tenía 34 maravedíes). 

Los ingresos medios se calculaban a partir de la información aportada en el interrogatorio general. Por ejemplo, en la pregunta número 12 se indica que una fanega de superficie de tierra de sembradura de segunda calidad producía en periodos de 15 años 6 cosechas de trigo de 6 fanegas y medio de capacidad y una cosecha de centeno de otras 6 fanegas. En la respuesta número 14 se especifica que el precio del trigo era de 18 reales la fanega y el del centeno 12 reales. Con estos datos podemos calcular que el ingreso en el conjunto del periodo de 15 años ascendía a 774 reales

6 cosechas de trigo * 6,5 fanegas * 18 reales + 1 cosecha de centeno * 6 fanega * 12 reales = 774 reales.

Si se dividen estos 774 reales entre los 15 años del periodo se obtiene un rendimiento de 51 reales anuales por fanega de superficie.

774 reales / 15 años = 51 reales anuales. 

Como esta finca tenía una superficie de 43,25 fanegas los ingresos medios anuales serían:

51 reales por fanega * 43,25 fanegas = 2.205,75 reales = 2.205 reales y 25 maravedíes.


3.2. Bienes de eclesiásticos

Los bienes de eclesiásticos están recopilados en un único libro, pero estructurados en tres bloques independientes: vecinos, instituciones y forasteros.

Enlace al libro de bienes de eclesiásticos. Páginas de la 21 a la 128. En las primeras páginas se incluye un interesante resumen de todas las propiedades agrícolas del conjunto de propietarios eclesiásticos.

De especial interés es el segundo de los bloques que nos permite conocer el gran número de instituciones religiosas existentes en Manzanares: el cabildo de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la fábrica de la iglesia, las cofradías, la Orden Tercera de San Francisco, el hospital de Nuestra Señora de Altagracia y la Encomienda de la Orden de Calatrava. La fábrica de la iglesia era un conjunto de bienes cuyas rentas se dedicaban a la conservación de la iglesia parroquial, tanto para las reparaciones del edificio como para la celebración de los servicios religiosos.

Las cofradías existentes eran el Santísimo Cristo Arrodillado, Nuestra Señora de la Paz, Nuestra Señora del Rosario, San Juan Bautista, San Francisco de Paula, San Sebastián, Benditas Ánimas de San Miguel, San Marcos, San Isidro, Santa Quiteria, Santa Ana y Nuestra Señora de Altagracia.


3.3. Bienes municipales, de la Corona y salarios

En este apartado se incluyen diferentes documentos con recopilaciones de bienes y rentas municipales, de la Corona y salarios de cargos públicos.


Excepto los bienes municipales, que también están registrados en el libro 3 de los bienes de legos y seglares, el resto de inventarios no están incluidos en ningún otro documento.

Como curiosidad, en el inventario de salarios aparecen cinco mujeres de Manzanares con una pensión de hasta 2.200 reales anuales por haber dado de mamar a una infanta de la familia real. El importe de la pensión es considerable si lo comparamos con el salario de la máxima autoridad municipal, el acalde mayor, que cobraba 3.300 reales anuales.

3.4 Datos estadísticos

Como parte de los trabajos de elaboración del catastro se realizaron interesantes estadísticas que proporcionan una visión global de la agricultura, la ganadería, la propiedad urbana, los oficios, etc. Todas estas estadísticas se confeccionaban de forma independiente para legos y eclesiásticos.

3.4.1 Agricultura

En el caso de la agricultura, las estadísticas localizadas resumen la superficie dedicada a cada tipo de cultivo, las producciones medias y el valor económico de las cosechas.


A partir de estas estadísticas hemos elaborado una serie de cuadros que proporcionan una visión de conjunto sobre la agricultura de Manzanares a mediados del siglo XVIII. La distribución de la tierra por tipos de cultivo y calidades era:


La producción anual agrícola calculada a partir de las productividades medias que se indican en el interrogatorio general era:

Entre todos estos datos podemos destacar la abrumadora presencia del cereal con un 83,42% de la superficie y que generaba unas rentas del 88,87% del total del sector agrícola. Dentro del cereal, la mayor parte de la producción correspondía de forma destacada al trigo, muy por encima del centeno y la cebada. 

Si atendemos al ingreso generado, el orden de importancia de los cultivos era el trigo (77,15%), el centeno (9,25%), el vino (4,50%), el aceite (2,78%), la cebada (2,48%), la hortaliza (1,35%), la fruta (1,09%), el azafrán (0,95%), los pastos (0,39%) y la madera obtenida de plantaciones de olmos (0,07%).

En cuanto a los cultivos con mayores productividades por unidad de superficie, destacan las plantaciones en tierras de regadío de frutales (manzanos, perales, ciruelos...) y olmos con ingresos de 1.673 reales por cuerda o fanega. A continuación, le siguen el azafrán (540 reales) y los huertos de hortalizas (500 reales). Las mejores tierras de vid generaban 216 reales y las de olivos 125. La productividad del cereal variaba mucho desde los 150 reales de las fincas regadas por el agua del río Azuer hasta los 22 reales de las tierras de secano de peor calidad. Muy por debajo de estas productividades se encontraban las dehesas (3,51 reales) y las tierras de pastos (1,11 reales).

Como dato destacable, las tierras incultas son muy pocas, tan solo un 0,70% de toda la superficie. Las tierras de regadíos, ya sea por norias o por el agua del río Azuer, ocupan una superficie de 1.267,17 cuerdas, que suponen tan solo un 1,51% de toda la superficie. 

En cuanto a la propiedad, un 72,90% de la tierra y un 70,31% de los ingresos correspondían a los seglares por un 27,10% de la tierra y un 29,69% de los ingresos a los eclesiásticos. Este último dato hay que matizarlo, ya que una parte de las tierras de los eclesiásticos estaban arrendadas a seglares y, por tanto, no se quedaban con los ingresos íntegros generados por sus propiedades agrícolas.

3.4.2 Ganadería

En el caso de la ganadería disponemos de estadísticas que proporcionan el número de cabezas de ganado y el producto anual que generaban.

A partir de estas estadísticas podemos concluir que la cabaña ganadera de Manzanares era:


Por número de cabezas, la principal cabaña ganadera era la ovina con 10.287 animales, pero por el valor económico de su producto anual este puesto lo ocupaba la ganadería mular que generaba 68.700 reales anuales. Es llamativa la ausencia de ganadería bovina y la poca importancia de la porcina. Los eclesiásticos acaparaban un 21,81% de las cabezas de ganado y un 20,94% del producto anual ganadero.

3.4.3 Inmuebles y otras rentas

En las siguientes estadísticas se mezclan las rentas generadas por los inmuebles (casas, mesones, molinas...), por algunas actividades industriales (calderas de jabón o aguardientes, hornos...) y las rentas obtenidas por ciertos derechos (alcabalas de las que era beneficiario el marqués de Santacruz, diezmos, derechos parroquiales...)


El resumen de la información recopilada en estos documentos, diferenciando entre los beneficiarios seglares y eclesiásticos, es:


3.4.4 Oficios

En los siguientes documentos, denominados en el catastro mapas F y G, se desglosan por oficio el número de trabajadores, el sueldo diario y los ingresos anuales.


El cálculo que se hace en el catastro para obtener los ingresos anuales de un trabajador consiste en multiplicar el salario diario por el número de días que se estimaba que se trabajaba en cada año. Para la mayor parte de los oficios se consideraban unos 180 días de trabajo al año. En peor situación estaban los jornaleros, que sólo trabajaban 120 días, ya que normalmente solo eran contratados en momentos puntuales de mayor actividad agrícola coincidiendo con la siembra, recolección, etc. 

Si comparamos con la actualidad, esos 120 o 180 días de trabajo anuales son bastantes menos que los aproximadamente 220 días que se trabajan ahora. Esto supone que nuestros antepasados del siglo XVIII trabajaban desde un 45% hasta un 20% menos de días que nosotros. 


Los salarios de los artesanos (carpinteros, herreros, sastres...) eran de entre 4 y 6 reales diarios para los maestros y entre 3 y 4 reales para los oficiales. Los salarios agrícolas eran inferiores siendo de 5 reales para los mayorales, 3'5 para los jornaleros y 2'5 para los zagales. Esto suponía salarios anuales que oscilaban desde los 420 reales de los jornaleros hasta los 1.080 de los maestros artesanos mejor pagados. Sorprendentemente, en peor posición que los jornaleros estaban los maestros de niños cuyos ingresos anuales tan sólo llegaban a los 400 reales. Estos escasísimos emolumentos justifican sobradamente el antiguo dicho de "pasar más hambre que un maestro de escuela" y reflejan la escasa importancia que se le asignaba a la educación.

Profesiones más cualificadas obtenían ingresos anuales mucho más elevados. Por ejemplo, los médicos y administradores ingresaban en torno a los 5.000 reales anuales, los empleados de rentas y contadores sobre los 2.000 reales y los cirujanos 1.500 reales. También destacan en esta clasificación los dueños de algunos negocios, como los mercaderes, con más de 5.000 reales, y los mesoneros con 3.278 reales.

Estos documentos sobre los oficios, junto a las profesiones declaradas por los cabezas de familia en los censos, nos ha permitido elaborar el siguiente cuadro que muestra una primera aproximación de la estructura social y económica de Manzanares:


A la hora de interpretar estos datos hay que tener en cuenta que en siglos pasados no había una especialización laboral tan marcada como en la actualidad y era habitual que una misma persona obtuviera ingresos por diferentes actividades económicas. Por ejemplo, una persona podía tener un oficio principal y complementar sus ingresos explotando pequeñas fincas o cuidando algunas cabezas de ganado. Por tanto, para conocer la distribución real de la población activa sería mucho más adecuado clasificar a las personas por las actividades en las que realmente obtenían ingresos antes que por su profesión declarada.

En cualquier caso, estos datos nos aportan algunas ideas sobre la actividad económica de nuestra localidad. Además del evidente predominio del sector primario, habitual en aquella época, podemos apreciar una gran variedad de oficios que denotan una cierta diversificación de la economía. 

Destacan las actividades relacionadas con el vestido y el calzado. Hasta 103 personas trabajando en este sector cuya principal materia prima era la piel y la lana de las ovejas: curtidores que convertían la piel de los animales en cuero; cardadores que separan las fibras de lana para transformarla en una textura suave y liviana, parecida al algodón; bataneros que con el uso de los batanes hidráulicos daban volumen a la lana... Curiosamente, el oficio con mayor número de trabajadores era la zapatería con 40 trabajadores, circunstancia que se mantendría, al menos, hasta finales del siglo XIX como hemos podido observar en otras fuentes[2]

Otros sectores importantes eran los relacionados con la madera o el hierro (carpinteros, carreteros, caldereros...), la administración y temas legales (escribanos, notarios...) y la alimentación (panaderos, carniceros, molineros...).

Por último, en comparación con la actualidad, sectores que hoy en día son la piedra angular de la sociedad, como la sanidad y la educación, en el siglo XVIII eran anecdóticos. En toda Manzanares tan sólo había dos médicos, dos cirujanos (profesión en aquella época de menor cualificación que la del médico), un boticario y cuatro maestros. Como ya hemos comentado, no solo había pocos maestros, sino que además su baja remuneración denota la poca importancia de la educación en la época.


4. INVENTARIO DE EDIFICACIONES (mensura de casas)

Aunque las edificaciones están ya incluidas en los libros de bienes, existe este otro inventario que incluye los molinos y todas las parcelas del casco urbano de Manzanares. La información está organizada por calles, lo que nos proporciona una información muy valiosa para conocer la distribución del casco urbano. El inventario de edificaciones, denominado en el catastro como mensura de casas, está organizado en cuatro cuadernos:

Los 1.050 registros de estos cuatro cuadernos se clasifican en los siguientes tipos de edificaciones y parcelas:


A continuación, listamos las calles incluidas en cada cuaderno, intentando encontrar su equivalencia con el callejero actual. Esta tarea no es sencilla para vías cuyo nombre cambió antes de la elaboración de los primeros callejeros de Manzanares a finales del siglo XIX. En estos casos, incluiremos entre interrogaciones el nombre de la calle. Animamos a los lectores que dejen sus comentarios en el blog o nos escriban a nuestra dirección de correo (historiademanzanares@gmail.com) si tienen otras opciones para la equivalencia con las calles actuales. 

En el primer cuaderno se encuentran todas las bocacalles en dirección al río Azuer de las actuales Virgen del Carmen y Jesús del Perdón hasta Ramón y Cajal:


Como curiosidad, aparece una calle, del Patrón, que podría corresponderse con la actual Orden de Santiago, que recibía este nombre por estar ubicada en ella las "casas del Patrón". También en la calle San Antón, se hace referencia a la existencia de la "casa de la Patrona". Estas casas podrían ser edificios en los que se guardaban las imágenes de los patrones. En esa época ya existía la ermita del Santísimo Cristo Arrodillado, equivalente a la actual ermita de la Veracruz, pero todavía no ostentaba esta imagen el patronazgo de  Manzanares.

En cuanto a la plazuela de Ponce, hay una mención que nos ha ayudado a ubicarla. En la antigua calle Durán (actual San Isidro) se hace referencia a una casa que linda con la callejuela que va a la plazuela de Ponce. Quizá esta calle podría ser la de Antonio Iniesta que llega hasta la plaza de Santa Cruz, conocida en la época como Plazuela de Ponce.

En la calle del Carmen se hace referencia a un importante edificio de la época como son las casas del hospital que seguramente estaría al final de esta calle en la esquina con la plaza del Castillo.

El segundo cuaderno incluye las calles al norte del eje formado por las calles Virgen de la Soledad, Lope de Vega y Doctor Camacho.


Como puntos reseñables, comentar que hay casas en la calle Soledad para las que se indica que lindan con los terrenos de la ermita o de la iglesia de la Virgen de la Soledad, prueba de que en esta época ya existía un templo con esta advocación. También se hacen bastantes menciones a la calle de los Serranos, cuyo trayecto debía coincidir con las actuales Amapola y Pérez Galdós. Más que una calle sería un camino ya que la única edificación existente era un molino de aceite propiedad de Francisco Treviño ya en las proximidades de la calle Toledo. No hemos identificado con seguridad la equivalencia actual para varias calles, por ejemplo, las calles de Juan el Angel o Noria, que quizá podrían coincidir con la actual Clérigos Camarena.

En el cuaderno número 3 se encuentran las calles comprendidas entre Jesús del Perdón y Molinos de Viento. En este caso hemos podido localizar la equivalencia con las actuales calles, aunque tenemos alguna duda con la calle de Don Blas, que podría ser la actual Obispo Carrascosa, y la calle de la Cruz de Tres, que podríamos identificar con la calle Morago.


El cuaderno número 4 incluye la zona más antigua de Manzanares, comprendida entra la calle de la Virgen del Carmen y Molinos de Viento.


En esta área es donde hemos encontrado más dificultades para identificar la equivalencia con las calles actuales. En buena parte de los casos hemos optado por no rellenar la calle actual y, en otros casos, tenemos serias dudas sobre la que hemos propuesto. Por ejemplo, en el caso de la calle San Sebastián se indica que estaba ubicada en ella la ermita del mismo nombre. Algunos autores proponen que está ermita quedó integrada en la casa de los marqueses de Salinas en el lateral con la actual calle Maestro Don Cristóbal. Esta fue nuestra primera opción para la calle San Sebastián, que se correspondiese con Maestro Don Cristóbal. Sin embargo, en este cuaderno se indica que la calle San Sebastián transcurría "desde la ermita del mismo nombre hasta las monjas". Hay dos vías que llegan al convento de las Concepcionistas Franciscanas Descalzas partiendo desde la calle Virgen del Carmen: Doctor Fleming y Monjas. Pensamos que la primera se corresponde a la calle de La Solana ya que en esta vía hemos encontrado viviendas que tenían balcones a la plaza y esto ocurre actualmente en los primeros números de la calle Doctor Fleming. Por lo tanto, la calle San Sebastián podría corresponder con la segunda opción, la calle Monjas. Adicionalmente, no hemos encontrado otra candidata que podría corresponderse con la calle Monjas. Por el contrario, tenemos otras dos opciones para la actual Maestro Don Cristóbal: la calle de las Salinas y calle de Don Pedro. En callejeros más recientes de principios del siglo XX esta calle se dividía en la calle del Marqués (nombre equivalente en significado a Salinas) y Don Pedro.

Por otro lado, en este cuaderno se hace mención a dos antiguas ermitas. En la plaza del Castillo se sitúa la ermita del Santísimo Cristo de la Misericordia, que fue destruida por el ejército francés durante la Guerra de la Independencia. En la última página del libro se hace mención a una casa de Don Francisco Quesada que linda con la ermita del Santísimo Cristo Arrodillado que se correspondería con la actual ermita de la Veracruz.

Como curiosidad la calle Prensa, ya en las afueras de la localidad, recibía este nombre porque en ella se localizaban exclusivamente dos prensas o molinos de aceite.

Terminamos con los inventarios de edificaciones con la publicación de los documentos más relevantes sobre Manzanares del Catastro de la Ensenada. Esperamos que aquellos lectores que hayan tenido la paciencia y curiosidad para llegar hasta el final hayan podido apreciar la enorme información que sobre nuestra localidad atesora esta importante fuente documental y animamos a todos ellos a profundizar en la historia de Manzanares a través del estudio del Catastro de la Ensenada. 

Miguel Ángel Maeso Buenasmañanas, mayo de 2024.



[1] La ratio entre vecinos y habitantes se ha obtenido de CAMARERO BULLÓN, CONCEPCIÓN y CAMPOS DELGADO, JESÚS (1991): El vecindario de Ensenada, 1759. Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria y Tabapress, Madrid.



ENTRADAS Y DOCUMENTOS SOBRE OTROS CATASTROS Y PARACATASTROS DE MANZANARES:
  • Cuaderno General de la Riqueza de Manzanares de 1820: Documento de carácter fiscal que recoge las rentas de los casi 2.200 contribuyentes de Manzanares. Fue elaborado para la recaudación de la Contribución General del Reino, nuevo impuesto directo base de la reforma fiscal de Martín de Garay de 1817 que aplicaba sobre todo tipo de rentas (agricultura, ganadería, industria, comercio, salarios, rentas inmobiliarias…).
  • Libro de cobros de la Contribución General del Reino de 1820: Complemento del documento anterior. Una vez registradas las rentas de cada vecino en el Cuaderno General de la Riqueza, en el libro de cobros se calculaba la cuota y se anotaban los pagos de cada contribuyente por el impuesto denominado Contribución General del Reino. Para más información sobre este documento pulsar sobre este enlace.
  • Cuaderno para el reparto de la Contribución Territorial de 1821: Documento con todas las rentas agrícolas de los 814 contribuyentes de Manzanares, elaborado según la normativa aprobada por el ministro Canga Argüelles en 1820 y 1821. Para más información sobre este documento y la reforma de Canga Argüelles pulsar sobre este enlace.
  • Amillaramiento de 1825: El amillaramiento, documento similar a los cuadernos de años anteriores, es una relación nominal de los contribuyentes de un término con el detalle de su propiedad urbana, rústica y ganadera. Desafortunadamente, en este caso el documento no está completo. Entre los contribuyentes cuyos datos se han conservado están relevantes vecinos como el marqués de Salinas, Juan Merino, Juan José Morales o Donato Quesada. Los contribuyentes se encuentran ordenados por calles, incluyendo información detallada de sus fincas urbanas, fincas rústicas con su extensión y cultivos, cabezas de ganado, carros... y calculando tanto el valor de los bienes como las rentas generadas anualmente. Es uno de los documentos con información más completa e interesante.
  • Repartimientos de la Contribución Territorial (1888-1926): Estos documentos, también conocidos como padrones de riqueza, son el reparto entre los contribuyentes de la contribución territorial, impuesto creado en la reforma fiscal Mon-Santillán de 1845 y que aplica sobre los inmuebles y actividades agrícolas y ganaderas. Aparecen todos los contribuyentes de Manzanares, con su renta y cuotas de impuestos. Ofrecen, por tanto, una interesante visión de la actividad económica, distribución de la renta, presión fiscal, reparto de la propiedad, etc.

ENTRADAS Y DOCUMENTOS SOBRE ANTIGUOS CALLEJEROS DE MANZANARES:
  • 1820-1821: Plano de elaboración propia a partir de la información fiscal contenida en el Cuaderno General de la Riqueza de 1820 y en el Cuaderno de Contribución Territorial de 1821.
  • 1884-1886: Entre los años 1884 y 1886 el Instituto Geográfico y Estadístico elaboró un completo y detallado callejero de Manzanares.
  • 1892: Plano del Paseo de la Estación y la calle Toledo elaborado por el agrimensor Tomás Clemente y Quevedo. El documento ha sido proporcionado por Francisco Contreras González.
  • 1900 (aproximadamente): Plano publicitario de Manzanares en el que se recogen con mucha precisión las zonas urbanizadas y los campos cultivables alrededor del núcleo urbano. La imagen disponible sólo muestra la zona central del plano sin incluir la publicidad de los laterales. Para ver el plano en su conjunto pulsar sobre este segundo enlace.
  • 1917: En 1917 se elaboraron varios callejeros de Manzanares como parte de los cuatro proyectos presentados al Ayuntamiento ese mismo año para la construcción de la conducción y distribución de agua potable en Manzanares.
  • 1952: Plano parcial donde sólo aparece el barrio de la Divina Pastora elaborado por el Instituto Geográfico y Catastral.
  • 1958: Plano elaborado por el Ayuntamiento de Manzanares. 
  • 1975: Plano publicado en 1975 en una Guía de Manzanares, editada por el Ayuntamiento de Manzanares, la Biblioteca Municipal Lope de Vega y el Centro de Estudios Manzanareños.