Con cierta frecuencia se publican noticias sobre la eliminación en el callejero de nombres con origen franquista en diferentes poblaciones. Un nombre de calle aún presente en algunas ciudades y que a veces es mencionado en este tipo de noticias es Hermanos García-Noblejas. Madrid aún conserva una importante avenida y una estación de metro con este nombre. En Manzanares, la actual calle Anega se llamó de esta forma hasta los años ochenta.
¿Quiénes fueron los hermanos García-Noblejas y qué vinculación tenían con Manzanares? Empezaremos por la segunda pregunta. Aunque residentes en Madrid su familia paterna estuvo asentada durante generaciones en Manzanares y tuvieron una notable actividad pública. Su bisabuelo Jesús García-Noblejas Ruiz-Carbonero fue notario en Manzanares a mediados del siglo XIX. Su abuelo fue el rico propietario manzanareño Ramón García-Noblejas Díaz Pines. Dos de los hermanos de éste tuvieron una activa vida política, incluso de ámbito nacional. José García-Noblejas Díaz Pinés fue jefe del Partido Conservador en la provincia de Ciudad Real, diputado del Congreso en tres ocasiones entre 1878 y 1886 por el distrito Daimiel-Manzanares y senador por la provincia de Ciudad Real de 1891 a 1893. Antonio García-Noblejas Díaz Pinés fue diputado en 1903, senador en 1907 y alcalde de Manzanares en la década de 1890.
El padre de los famosos hermanos, Salvador García-Noblejas Quesada, nació ya en Madrid y allí se casó y formó una familia con la guipuzcoana Laura Enedina Brunet Goitia. Los Brunet eran una rica familia de origen catalán asentada en Guipúzcoa en el siglo XVIII. Fundaron en esta ciudad numerosas empresas destacando una sociedad de banca, una papelera y otra de tranvías. Muchos miembros de la familia participaron en la política local llegando a ser regidores y alcaldes de San Sebastián[1]. Salvador y Laura tuvieron siete hijos: Jesús, Ramón, José, Javier, Salvador, Laura y María Josefa.
Con estos antecedentes podemos afirmar que los García-Noblejas Brunet eran un claro ejemplo de familia burguesa acomodada característica de la época de la Restauración (1875 - 1923), clase social que junto a la nobleza y los grandes propietarios agrícolas dominaron la política y la economía durante este periodo de la historia de España.
En cuanto a la historia de los hermanos García-Noblejas es difícil encontrar adjetivos que la definan completamente. Se podría calificar de trágica, heroica pero también de violenta, fanática y extremista. Tiene también similitudes con la película “Salvar al soldado Ryan”, en la que se narra el intento de evacuar del frente, en los días posteriores al desembarco de Normandía, a un soldado cuyos cuatro hermanos habían fallecido en combate, aunque no adelantemos más acontecimientos e iniciemos la historia de la familia en los últimos años del reinado de Alfonso XIII.
Los años finales del reinado de Alfonso XIII y la II República
Los años finales del reinado de Alfonso XIII y la II República
Los García-Noblejas Brunet, como ya hemos comentado, pertenecían a una familia firmemente arraigada en el liberalismo y perfectamente integrada en el régimen de la Restauración. A partir de la dictadura de Primo de Rivera y, sobre todo, durante la II República la familia fue evolucionando hacia posiciones ideológicas más extremas. Conocemos esta evolución principalmente gracias a las intervenciones públicas de Laura Brunet, que destacaba por ser una gran oradora.
Durante la dictadura de Primo de Rivera los García-Noblejas Brunet fueron simpatizantes de la Unión Patriótica, que era el partido único que apoyaba al régimen y posiblemente miembros del Somatén[2]. El Somaten era una institución catalana que Primo de Rivera extendió a toda España y cuyo objetivo era convertirse en una fuerza auxiliar para el mantenimiento del orden público y también un “acicate de los espíritus” para estimular la colaboración ciudadana con el nuevo régimen.
Tras la caída de Primo de Rivera el 18 de enero de 1930, su hijo José Antonio junto a algunos exministros de su padre fundaron un nuevo partido, la Unión Patriótica Nacional, cuyo objetivo era la instauración de una monarquía de tipo autoritario. Una de las intervenciones más celebradas de Laura Brunet fue precisamente en un acto celebrado por la Unión Patriótica Nacional el 15 de marzo de 1931 por el aniversario de la muerte de Miguel Primo de Rivera[3]. Laura fue la primera oradora compartiendo escenario con José Maria Pemán y Ramiro de Maeztu. Este partido tuvo una corta trayectoria ya que al proclamarse la II República parte de sus dirigentes fueron procesados y encarcelados y otros se exiliaron.
En su evolución hacia la extrema derecha, el siguiente partido en el que militó Laura Brunet fue el Partido Nacionalista Español, de ideología fascista fundado por José María Albiñana. En este partido Laura Brunet ocupó el puesto de vicepresidenta de su junta cultural[4] participando como oradora en numerosos mítines y conferencias.
En este turbulento periodo tenemos constancia de la primera acción relevante de uno de los hermanos. La protagonizó Ramón García-Noblejas Brunet con su participación en el fallido golpe de estado, de carácter monárquico, del General Sanjurjo contra la II República el 10 de agosto de 1932. Fue detenido por estos hechos en septiembre[5] y permaneció en prisión hasta marzo de 1933, cuando su causa fue sobreseída por la sala sexta del Tribunal Supremo[6].
El siguiente paso, ya definitivo en la evolución política de la familia, fue su incorporación a la Falange. La Falange, el principal partido en España de ideología fascista, fue fundada por José Antonio Primo de Rivera el 29 de octubre de 1933 en un acto celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid. En ese primer mitin estuvieron presentes Salvador García-Noblejas Quesada y sus hijos, siendo de los primeros en ingresar en el partido. Incluso Javier García-Noblejas Brunet fue uno de los fundadores del SEU, el sindicato de estudiantes falangista[7]. La única excepción en la familia fue Ramón García-Noblejas Brunet que ya era militante carlista y no se integró inicialmente en la Falange.
Sería la pertenencia de los hermanos a las milicias falangistas, denominadas inicialmente Falange de la Sangre y posteriormente llamadas Primera Línea, las que le llevaron a ser tan conocidos. Estas milicias eran las responsables de los actos violentos y las represalias contra organizaciones de izquierda. Durante la II República casi todos los partidos (socialistas, comunistas, anarquistas, falangistas,…) organizaron milicias o grupos paramilitares que fueron responsables de numerosos asesinatos.
Desde su fundación la Falange fue objeto de numerosos y mortíferos ataques. Los más expuestos eran los vendedores del periódico del partido, que al no distribuirse en los kioscos, era vendido en la calle por los militantes. El primer fallecido fue Juan Jara Hidalgo en diciembre de 1933, al que dispararon mientras pegaba en la calle unos carteles de propaganda falangista[8]. En los meses siguientes continuaron los ataques. El 9 de febrero de 1934, Matías Montero, estudiante de medicina y cofundador del sindicato de estudiantes SEU afín a la Falange, murió tiroteado por militantes de las Juventudes Socialistas cuando regresaba a su casa después de haber distribuido el periódico del partido.
En un principio la Falange respondió con poca contundencia frente a estos ataques sin causar víctimas mortales entre sus oponentes. Era sorprendente que un partido en cuyo ideario se defendía el uso de la violencia para lograr fines políticos mostrase tanta contención. Recordemos que en el mitin fundacional de la Falange José Antonio Primo de Rivera había defendido la "dialéctica de los puños y las pistolas". Es posible que esta falta de respuesta estuviese motivada por la debilidad y falta de estructura del partido en los meses posteriores a su fundación. En cualquier caso, la inacción de la Falange en estos primeros momentos fue duramente criticada desde la prensa más conservadora. Tras el atentado ocurrido durante un mitin de José Antonio en San Fernando en noviembre de 1933, que terminó con dos espectadores fallecidos, el ABC comentaba que “si el fascismo paga dos cadáveres con unas protestas verbales no es fascismo: es franciscanismo”[9]. En este mismo periódico, el 10 de febrero de 1934, se calificaba a la Falange de “platónica” o “vanguardismo literario, sin riesgo alguno para sus adversarios ni peligro para las instituciones”[10]. En respuesta a esta última notica, Falange envío una nota de prensa sorprendentemente moderada si la comparamos con la evolución posterior de los acontecimientos. La nota fue publicada en el ABC el 14 de febrero y en ella se afirmaba que “Falange Española no se parece en nada a una organización de delincuentes, ni piensa copiar los métodos de tales organizaciones, por muchos estímulos oficiosos que reciba”[11].
Finalmente, tras casi una decena de fallecidos entre sus militantes[12], la Falange reorganizó sus milicias durante la primavera de 1934 y empezó a responder con la misma violencia que sus rivales. El primer atentado con fallecidos protagonizado por pistoleros falangistas sucedió el 10 de junio de 1934 cuando un grupo de jóvenes socialistas que regresaban de una excursión fueron tiroteados muriendo una joven llamada Juanita Rico, dejando incapacitado a su hermano menor Lino e hiriendo a un tercer hermano de nombre Ángel[13].
Por una de estas algaradas callejeras debió conseguir Javier García-Noblejas Brunet la Palma de Plata, máxima condecoración falangista. La madre relató en un tono heroico, que no debe hacernos olvidar que posiblemente detrás de estos hechos hubiese un grave delito, la obtención de la condecoración por parte de su hijo Javier en una entrevista concedida a la revista Tajo después de la guerra:
“Yo recuerdo que llegó una noche agitado y con el pelo revuelto. Nada me dijo y nada le pregunté. Sus hermanos le miraron, aquella noche, con cierto respeto. Al siguiente día, salieron con sus camisas azules y mi Javier llegó emocionado: “¡Mamá, lo que importa es España y la Falange!...”. Se retiró a su cuarto y fueron llegando sus hermanos, preguntando por él. Llegó la hora de comer, y todos en silencio, con sus camisas azules puestas, permanecieron en pie. Llegó Javier y mis hijos, firmes, le saludaron brazo en alto. Es su brazo izquierdo llevaba la Palma de Plata. Una congoja se ahogó en mi garganta. “¿Qué hiciste hijo?...”. Él, serio y conciso me respondió: “¡Un servicio a la Falange!...”[14].
Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 y en un ambiente de violencia política practicada por casi todos por los partidos, la Falange fue ilegalizada y la mayor parte de los dirigentes falangistas fueron encarcelados, incluido el propio Primo de Rivera que ingresó en prisión el 14 de marzo. Estas detenciones permitieron el ascenso en la organización de los hermanos. José García-Noblejas Brunet pasó a liderar las milicias falangistas en Madrid y su hermano Javier le sustituyó como jefe de la sexta centuria[15].
La espiral de violencia política fue creciendo con el paso de los meses y se convirtió en unos de los detonantes de la Guerra Civil. El 15 de julio de 1936, unos días antes del inicio de la guerra, el líder de la CEDA José María Gil-Robles denunció en el Parlamento que, desde la victoria del Frente Popular en febrero, se habían producido en España 330 asesinatos por motivaciones políticas. Buena parte de estas muertes habían sido ocasionadas por las milicias falangistas.
La Guerra Civil
Con el estallido de la Guerra Civil el 17 de julio de 1936 empezó realmente la tragedia de la familia García-Noblejas Brunet. En Madrid, los militares sublevados, apoyados por falangistas y monárquicos, se reunieron en el Cuartel de la Montaña en la zona oeste de la capital. Entre los falangistas allí reunidos estaban José García-Noblejas Brunet y su hermano Jesús. Masas de milicianos republicanos, apoyados por miembros de la Guardia Civil y de Asalto fieles al gobierno, rodearon el edificio impidiendo la salida de los sublevados. El 20 de julio, tras duros combates, los republicanos consiguieron tomar el cuartel.
José consiguió sobrevivir al asalto e intentó pasar desapercibido quitándose la camisa azul y la guerrera militar que llevaba, ya que era oficial de complemento. Consiguió salir del cuartel ayudando a trasladar a un compañero herido, Pablo Arredondo Díaz de Oñate, hasta un puesto médico custodiados por un miliciano. Durante el traslado se escabulló y consiguió huir pero tuvo que ser más tarde descubierto y finalmente asesinado[16]. En cuanto a su hermano Jesús, a pesar de la familia pensaba que había fallecido en el cuartel de la Montaña junto a José, consiguió escapar con vida y se refugió en una embajada. Posteriormente pudo pasar a la zona nacional y se incorporó al ejército franquista.
José García-Noblejas Brunet |
Tras el estallido de la guerra se sucedieron las detenciones en ambas zonas de los considerados desafectos. Los detenidos en la zona republicana eran conducidos a las checas, que eran cárceles ilegales organizadas por partidos políticos y sindicatos que proliferaron en los primeros meses de la guerra y en las que se internaba y juzgaba de forma sumarísima por los propios milicianos, sin ninguna garantía legal, a los sospechosos de ser simpatizantes del bando nacional. Los detenidos sufrían frecuentemente torturas, extorsiones económicas y, en el peor de los casos, eran asesinados.
Javier García-Noblejas Brunet fue detenido en la noche del 17 de julio cuando caminaba por la Gran Vía, posiblemente en dirección al Cuartel de la Montaña para reunirse allí con sus hermanos José y Jesús. El padre Salvador García-Noblejas Quesada y su hijo del mismo nombre fueron detenidos con posterioridad al 18 de julio e internados en una checa. El caso del último de los hermanos, Ramón, estaba preso con anterioridad por un trágico y oscuro suceso sin relación con la política ocurrido en el mes de junio. Según las noticias publicadas en la prensa[17], al regresar a su domicilio de Villaviciosa de Odón con varios amigos después de una fiesta sacó una pistola, que pensaba que era de fogueo, y realizó varios disparos, al parecer al aire, pero una de las balas impactó contra Alfonso Olivares Bruguera[18] que falleció a los pocos minutos. Ramón, aterrado por lo que acababa de suceder, huyó a caballo de su casa. Otras versiones apuntan a que Ramón, de carácter muy impetuoso, le gustaba realizar arriesgadas exhibiciones de puntería con sus amigos y que en esta ocasión erró el tiro alcanzando mortalmente a Alfonso Olivares[19]
Recapitulando, la situación de la familia no podía más complicada a los pocos días de iniciada la guerra. José había fallecido, el padre y dos de los hermanos estaban detenidos por los milicianos (Salvador y Javier), Jesús refugiado en una embajada y Ramón detenido por el homicidio de Alfonso Olivares[20]. Sólo dos de los hermanos superarían estas difíciles circunstancias y continuarían vivos una vez finalizada la Guerra Civil.
Salvador García-Noblejas Brunet fue asesinado el 11 de septiembre de 1936 en Villaviciosa de Odón. Fue sacado de la checa para que revelase a los milicianos la ubicación de un depósito de armas que los hermanos tenían oculto en la finca de su propiedad en esta localidad. En un descuido de sus vigilantes consiguió escapar corriendo campo a través y tras dejar atrás a sus perseguidores fue finalmente capturado con la ayuda de unos campesinos y asesinado por los milicianos. El depósito de armas no fue descubierto y fue entregado a las tropas nacionales cuando tiempo más tarde ocuparon Villaviciosa de Odón[21].
Salvador García-Noblejas Brunet |
El padre Salvador García-Noblejas Quesada fue uno de los fusilados en Paracuellos del Jarama. Cuando las tropas nacionales llegaron a las cercanías de Madrid en noviembre de 1936 las autoridades republicanas decidieron evacuar a los detenidos ante el temor de que la ciudad cayese y fueran liberados. Se realizaron numerosas sacas de prisioneros de las cárceles con la apariencia de un traslado que, sin embargo, terminaron la mayor parte de las veces en fusilamientos masivos. Entre noviembre y diciembre se ejecutaron a más de 2.000 prisioneros en las cercanías de Madrid, en Paracuellos del Jarama y en Torrejón de Ardoz.
Jesús García-Noblejas Brunet, refugiado en una embajada, consiguió pasar a la zona nacional y se alistó en el ejército franquista. Fue herido en la batalla de Brunete que se desarrolló en los alrededores de Madrid en julio de 1937 y falleció ese mismo año en San Sebastián, ciudad de origen de su familia materna, cuando convalecía de sus heridas.
Jesús García-Noblejas Brunet |
Javier García-Noblejas Brunet, como ya hemos comentado, fue detenido en julio de 1936 y recluido en la cárcel de Porlier. No sería hasta enero de 1937 cuando se le abriese una causa por desafección al régimen en el Jurado de Urgencia de Madrid[22]. Cómo pruebas en su contra se presentó una ficha de Falange con su nombre y domicilio. En su defensa, Javier alegó que sólo había pertenecido cinco meses a Falange y negó “absolutamente haber tomado parte activa en este partido”. El abogado defensor consiguió aportar sorprendentes pruebas, seguramente falsas o compradas, en las que se certificaba la buena conducta de Javier y su ideología republicana. La primera de ellas era un certificado de la Federación Universitaria Escolar (FUE), asociación estudiantil de izquierdas y gran rival de la falangista SEU, en la que se afirmaba que Javier era “persona afecta al Régimen y a la Causa antifascista” y miembro desde 1933 de la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas integrada en FUE. La segunda era un escrito del Partido Nacionalista Vasco, conseguido seguramente gracias la influencia de su familia materna, en la que se mencionaba que “es persona afecta al Régimen y su Gobierno legalmente constituido por lo que rogamos sea absuelto y puesto en libertad”. Gracias a estas pruebas fue absuelto por sentencia del 7 de abril de 1937.
En el caso de Ramón, autor, aunque fuese accidentalmente, de la muerte de su amigo Alfonso Olivares fue inculpado por un tribunal ordinario de Navalcarnero exclusivamente por un delito de tenencia ilícita de armas[23], causa que fue sobreseída después de la guerra por la Ley de 23 de septiembre de 1939 promulgada por el régimen franquista y que perdonaba los delitos cometidos durante la II República por “personas respecto de las que conste de modo cierto su ideología coincidente con el Movimiento Nacional y siempre de aquellos hechos que por su motivación político-social pudieran estimarse como protesta contra el sentido antipatriótico de las organizaciones y gobierno que con su conducta justificaron el Alzamiento”[24].
Desconocemos que hicieron Javier y Ramón, una vez que salieron de prisión, hasta la finalización de la guerra en 1939.
Desconocemos que hicieron Javier y Ramón, una vez que salieron de prisión, hasta la finalización de la guerra en 1939.
II Guerra Mundial
Tras la Guerra Civil los dos hermanos continuaron teniendo una activa participación en la Falange. En noviembre de 1939 los restos de José Antonio Primo de Rivera fueron trasladados desde una fosa común en Alicante, donde había sido fusilado en 1936, hasta el monasterio de El Escorial. La última guardia de honor fue realizada por los catorce falangistas premiados por el propio José Antonio con la Palma de Plata, entre los que se encontraba Javier García-Noblejas Brunet.
El siguiente acto de la tragedia familiar ocurrió en Rusia durante la II Guerra Mundial. La invasión alemana de la Unión Soviética en junio de 1941 provocó una ola de entusiasmo en el régimen franquista, ya que consideraban a los soviéticos responsables e instigadores de la Guerra Civil. España se sumó al esfuerzo bélico, sin llegar a declarar la guerra, enviando una división de voluntarios que sería conocida con el nombre de División Azul por ser muchos de sus componentes falangistas. A pesar de su terrible experiencia durante la guerra, los dos únicos hijos supervivientes se alistaron de forma voluntaria para combatir contra la Unión Soviética. Tras un largo viaje la División Azul llegó a principios de octubre de 1941 a la línea de frente en los alrededores de la población rusa de Novgorod, a menos de 200 kilómetros de Leningrado. La división estaba integrada en el Grupo de Ejércitos Norte cuyo principal objetivo era precisamente la toma de Leningrado.
La suerte no estaba de parte de los hermanos. El sargento Javier García-Noblejas Brunet fue uno de los primeros fallecidos de la División Azul a los pocos días de su llegada a Novgorod. Dionisio Ridruejo, famoso falangista y miembro también de División Azul, describió de la siguiente forma el fallecimiento de Javier:
“Era un jefe de los más destacados en las milicias madrileñas de los tiempos pasados: laureado con la Palma de Plata. Un muchacho austero, grave, un poco fanático, de alma recta y en cierto modo candorosa …
Noblejas ha muerto de una explosión de mortero. Acababa de acogerse a su “chabola" después de un día de mucho fuego en las posiciones de junto al río. Se había quitado el casco y se había echado en un motón de paja, vestido y presto para cualquier alarma cuando un proyectil de mortero, calando el frágil techo, ha venido a destrozarlo ...
El (cuerpo) de Javier García Noblejas tiene los hombros rotos y quebrantado el pecho. El rostro, que con piadosa cautela hemos descubierto, aparece noblemente sereno, sin gesto de dolor. Pero es ya el rostro de un extraño.”[25]
El (cuerpo) de Javier García Noblejas tiene los hombros rotos y quebrantado el pecho. El rostro, que con piadosa cautela hemos descubierto, aparece noblemente sereno, sin gesto de dolor. Pero es ya el rostro de un extraño.”[25]
Javier García-Noblejas Brunet |
Fue enterrado el 19 de octubre en la pequeña población de Grigorovo, cercana a Novgorod, donde estaba ubicado el cuartel general de la división, en una emotiva y sencilla ceremonia con la presencia de su hermano Ramón:
“Atardece, casi sería de noche a no ser por la luminosidad reverberante de la nieve, cuando todo está dispuesto para la sencilla ceremonia fúnebre. Ha sido preciso improvisar dos cajas rústicas con unas cuantas tablas, por soldados poco hábiles en el oficio. No hemos tenido la macabra previsión de las unidades alemanas, que llevan ya organizados sus equipos de carpinteros y enterradores. También las banderas que han de cubrir los ataúdes – roja y negra y roja y gualda – han tenido que ser hechas aprisa. Unas mujeres rusas se han ofrecido cariñosamente a coserlas.
Por fin salen los féretros a hombros de los camaradas. El de Javier delante, llevado por los que fueron sus mejores amigos. Agustín el primero, como conduciéndose una vez más al combate: al último ya. Crujen los pasos en la nieve helada y resbaladiza. Es preciso avanzar muy lentamente, con cautela, para evitar una caída. Detrás de los muertos va destacado y solo el hermano de Javier; detrás y en grupo muy estrecho los restantes. Es sólo un breve trecho hasta las tumbas de tierra endurecida que rojean en la oscuridad.
Sobre el féretro de Javier que, como el otro, va cubierto por unas banderas humildes, luce el trozo de raso amarillo del guión de la Primera Línea de Madrid.
Hay un silencia terrible que sólo interrumpen las pisadas crujientes sobre el hielo. La vaga luz del cielo es menos intensa que el fulgor de la nieve. Las cajas son pesadas y las fosas muy juntas. El descenso es difícil y lento. Cuando las cajas han caído al fondo con un son lúgubre, los terrones de tierra endurecida golpean la madera con un tamborileo sordo. Muy juntos, ateridos de frío y embargados de emoción, veinte o veinticinco hombres rodeamos la fosa, que se llena penosamente. Agustín me invita a decir unas palabras y las voy diciendo mientras me llena el alma la terrible soledad de estos residuos mortales que dejamos aquí. Luego se oye el último responso del sacerdote y, un poco desentonado por la emoción, suena el himno familiar. Con voz un poco rota, Agustín da los últimos gritos. Ramón y los pequeños Vernacci se han mantenido firmes, mirando a la lejanía. Ya es esto territorio español injerto bajo la nieve. Territorio de nuestra alma, que así posee esta tierra.”[26]
Tumba de Javier García-Noblejas Brunet en Grigorovo |
La noticia de la muerte de Javier fue publicada en los principales periódicos españoles y se organizaron varios funerales en Madrid a los que asistieron las principales personalidades falangistas del régimen: Ramón Serrano Suñer, ministro de Exteriores; José Luis Arrese, ministro Secretario General de F.E.T. y de las J.O.N.S.; Miguel Primo de Rivera y Sáez de Heredia, ministro de Agricultura; José Antonio Girón de Velasco, ministro de Educación; Demetrio Carceller, ministro de Industria y Comercio; Pilar Primo de Rivera, etc[27]. La relevancia de los actos celebrados denota que la trágica historia de los hermanos era ya conocida y exaltada por el régimen.
Incluso Serrano Suñer solicitó la repatriación del cadáver de Javier por una cuestión de principios y de reconocimiento a la familia pero también con el objetivo de rentabilizar políticamente a favor de los falangistas la organización de un sepelio multitudinario. El general al mando de la División Azul, Muñoz Grandes, rechazó la repatriación de los restos de Javier. Esta negativa pudo estar motivada por los enfrentamientos que había tenido Muñoz Grandes con Serrano por el control del partido en el periodo en el que el general había sido Secretario General de la F.E.T y quizá también molesto con los manejos de Serrano Suñer para proporcionar un trato de favor a relevantes falangistas enrolados en la División Azul[28].
Incluso Serrano Suñer solicitó la repatriación del cadáver de Javier por una cuestión de principios y de reconocimiento a la familia pero también con el objetivo de rentabilizar políticamente a favor de los falangistas la organización de un sepelio multitudinario. El general al mando de la División Azul, Muñoz Grandes, rechazó la repatriación de los restos de Javier. Esta negativa pudo estar motivada por los enfrentamientos que había tenido Muñoz Grandes con Serrano por el control del partido en el periodo en el que el general había sido Secretario General de la F.E.T y quizá también molesto con los manejos de Serrano Suñer para proporcionar un trato de favor a relevantes falangistas enrolados en la División Azul[28].
A lo que si accedió Muñoz Grandes, al igual que en la película “Salvar al soldado Ryan”, fue a repatriar a Ramón para que al menos uno de los hermanos sobreviviese y pudiera regresar junto a su madre Laura Brunet y sus dos hermanas.
Esta historia tuvo un final más trágico que el de la película ya que Ramón murió el 10 de agosto de 1942, en un accidente de coche en la carretera de Villaviciosa de Odón a Madrid, un día antes de un acto convocado en Madrid para rendir homenaje a su familia y en la que se descubriría una lápida conmemorativa. La prensa obvió los detalles del accidente, pero parece ser que el carácter impetuoso de Ramón fue la causa del accidente. Tras una noche de fiesta se colgó del estribo del vehículo en el que viajaba y salió despedido en una curva[29].
Las ceremonias por la muerte de Ramón fueron multitudinarias y con la presencia de numerosas autoridades. La capilla ardiente fue instalada en la Jefatura Provincial del Movimiento en Madrid, en la plaza de París. En la plaza, abarrotada de gente según las noticias de prensa[30], formó la sexta centuria de las milicias falangistas, que en esas fechas comandaba Ramón. La comitiva fúnebre fue presidida por los ministros José Luis Arrese y Demetrio Carceller. La comitiva recorrió las principales calles de Madrid a cuyo paso el numeroso público saludaba al féretro brazo en alto. La comitiva se detuvo en la calle Serrano, en el domicilio del fallecido, donde se realizó un desfile en el que participaron camaradas de la División Azul y de la Vieja Guardia falangista[31]. Finalmente, el féretro fue conducido al cementerio de San Isidro en una carroza estilo Luis XV donde fue enterrado.
Durante todo el régimen franquista se continuaron realizando frecuentes homenajes a los hermanos, descubriendo placas conmemorativas o renombrando las calles de muchas ciudades de toda España con su apellido. Con la llegada de la democracia su historia fue cayendo paulatinamente en el olvido y en la actualidad sólo vuelven a ser noticia cuando se cambia la denominación de alguna de estas calles nombradas en su honor.
A pesar de su controvertida y cuestionable trayectoria, la historia de los hermanos García-Noblejas merece ser conocida como parte de un apasionante y la vez terrible periodo de nuestro pasado reciente, para que tengamos presente las tremendas consecuencias que se pueden ocasionar cuando la violencia y el enfrentamiento se desatan sin freno en el seno de una sociedad. Esperemos que estos hechos no vuelvan a repetirse nunca más en España y los responsables políticos lo tengan siempre presente antes de tomar decisiones irresponsables que puedan enfrentar una vez más a los españoles entre sí.
Miguel Ángel Maeso Buenasmañanas, octubre de 2017
[1] “Historia de la ciudad de San Sebastián a través de sus personajes” de Javier Sada, editorial Alberdania, 2002, páginas 86 y 88.
[2] En número 55 del 1 de enero de 1929 de la revista quincenal “Unión Patriótica”, órgano oficial del partido del mismo nombre, aparece un Salvador García Noblejas como afiliado a la agrupación del partido en Robledo de Chavela, población de Madrid cercana a Villaviciosa de Odón donde la familia tenía una casa.
En el “Boletín oficial del Somatén local de Madrid”, con fecha desconocida de publicación, aparece Salvador Garcia Noblejas como subcabo de esta organización.
[6] “La Época” el 25 de marzo de 1933.
[7] "Boletín del SEU" de Madrid, nº 8, de enero de 1942.
[7] "Boletín del SEU" de Madrid, nº 8, de enero de 1942.
[8] Algunos consideran que el primer fallecido de la Falange fue José Ruiz de la Hermosa el 2 de noviembre de 1933 en Daimiel. En realidad era militante de las JONS y por esas fechas no estaba todavía integrada esta organización en la Falange.
[9] Artículo “Al servicio del Vóteme Usted” de Fernández Flórez publicado en el “ABC” el 18 de noviembre de 1933, página 3.
[10] Artículo “República de Oportunistas” de Álvaro Alcalá Galiano publicado en el “ABC” el 10 de febrero de 1934, página 3.
[12] Aunque es difícil establecer la afiliación política en todos los casos, los fallecidos y heridos en atentados contra la Falange entre finales de 1933 y principios de 1934 pudieron ser:
Dos muertos por disparos en un mitin de José Antonio Primo de Rivera en San Fernando el 12 de noviembre de 1933. Los fallecidos eran asistentes al acto que no estaban afiliados a Falange. “ABC” del 14 de noviembre de 1933, edición Andalucía, página 33.
Juan Jara Hidalgo, muerto por arma de fuego mientras pegaba unos carteles del partido el 8 de diciembre de 1933 en Zalamea de la Serena.
Tomás Polo Gallego, muerto por apuñalamiento realizado por miembros de Juventudes Socialistas el 31 de diciembre de 1933 en Villanueva de la Reina.
Francisco de Paula Sanpol, asesinado por un disparo realizado por miembros de Juventudes Socialistas mientras ojeaba el periódico FE, editado por la Falange, el 11 de enero de 1934. “ABC” del 12 de enero de 1934, edición de la mañana, página 21.
José de Oyarbide Traviesas, herido por cuatro disparos cuando salía del cine en Sebastián el 15 de enero de 1934. “ABC” del 16 de enero de 1934, edición de la mañana, página 32.
Manuel Balselga de Yarza, herido por tres disparos en una reyerta en Zaragoza el 18 de enero de 1934. “ABC” del 19 de enero de 1934, edición de la mañana, página 39.
Vicente Pérez Rodríguez, asesinado por un disparo en Madrid el 27 de enero de 1934. No estaba afiliado a la Falange pero trabajaba vendiendo periódicos para varios medios incluyendo el periódico FE. “ABC” del 30 de enero de 1934, edición de la mañana, página 35.
Felipe Pérez Alonso, herido por un disparo realizado por un miembro de Juventudes Socialistas en Madrid el 3 de febrero de 1934. El herido era un estudiante que colaboraba en la venta del periódico FE. “ABC” del 4 de febrero de 1934, página 25.
Matías Montero y Rodríguez de Trujillo, muerto por disparos realizados por miembros de Juventudes Socialistas en Madrid el 19 de enero de 1934. “ABC” del 10 de febrero de 1934, edición de la mañana, página 39.
Ángel Abella García, muerto de un golpe en la cabeza con una barra en los graves disturbios posteriores a un mitin de Falange en Valladolid el 4 de marzo de 1934. No pertenecía a ningún partido y ni siquiera había asistido al mitin pero por su indumentaria fue confundido con un falangista y golpeado por este motivo.
Ángel Montesinos Carbonell, muerto por dos disparos en unos graves incidentes entre vendedores de FE y obreros en Madrid el 8 de marzo de 1934. “ABC” del 9 de marzo de 1934, edición de Andalucía, página 12.
Jesús Hernández Rodríguez, muerto por un disparo realizado por un afiliado de la CNT el 23 de marzo de 1934 en Madrid. “ABC” del 24 de marzo de 1934, edición de la mañana, página 17.
Juan Cuellar Campos, muerto por un disparo en unos enfrentamientos entre falangistas y comunistas en Madrid el 6 de junio de 1934. “ABC” del 12 de junio de 1934, edición de Andalucía, páginas 21 y 22.
[13] Noticia sobre el inicio del juicio sobre los atentados del 10 de julio publicada en el “ABC” el 19 de agosto de 1934, página 33.
[14] Entrevista realizada a Laura Enedina Brunet Goitia publicada en la revista Tajo. Se desconoce la fecha de publicación pero debió ser a finales de 1941, poco después de la muerte de Javier García-Noblejas Brunet y antes de que repatriaran a su hijo Ramón desde el frente ruso.
[14] La organización de las milicias era la siguiente: tres tríos formaban una escuadra, tres escuadras una falange y tres falanges una centuria.
[16] “Tres días de julio” de Luis Romero, 1967.
[17] “Diario de la Marina”, publicado en La Habana, el 17 de junio y 9 de julio de1936.
[18] Alfonso Olivares Bruguera era un conocido pintor, escritor y coleccionista de arte y pertenecía a una aristócrata familia, siendo su hermano el segundo marqués de Murrieta.
[19] Versión contada al autor del artículo por un familiar de Alfonso Olivares Bruguera.
[20] En la entrevista de Laura Enedina Brunet Goitia, publicada en la revista Tajo, ésta afirma que sólo su hijo Salvador continuaba con ella y su marido en el 18 de julio.
[21] Entrevista realizada a Laura Enedina Brunet Goitia publicada en la revista Tajo.
[21] Entrevista realizada a Laura Enedina Brunet Goitia publicada en la revista Tajo.
[22] Expediente nº 254 instruido contra Javier García Noblejas por el delito/s de Desafección al Régimen, Juzgado de Instrucción nº 5. Archivo Histórico Nacional. Signatura FC-CAUSA_GENERAL,269,Exp.66.
[23] Rollo nº 74/1936 del sumario 47/1936 incoado por el Juzgado de Instrucción de Navalcarnero Especial (Tribunal de Urgencia) de Madrid por tenencia ilícita de armas contra Ramón García-Noblejas Brunet. Archivo Histórico Nacional. Signatura FC-AUDIENCIA_T_MADRID_CRIMINAL,106,Exp.9.
[24] Artículo 1 de la Ley de 23 de septiembre de 1939.
[25] “Cuadernos de Rusia. Diario 1941 – 1942” de Dionisio Ridruejo, editorial Fórcola, 2013, páginas 133 – 135.
[26] “Cuadernos de Rusia. Diario 1941 – 1942” de Dionisio Ridruejo, editorial Fórcola, 2013, páginas 135 – 136.
[27] “ABC” del 29 de octubre de 1941, edición Andalucía, página 13 y “ABC” del 31 de octubre de 1941, edición de Andalucía, página 10.
[28] “La división Azul en el contexto de las relaciones entra la España de Franco y la Alemania Nazi” de Xavier Moreno Juliá, Cuadernos de Historia Contemporánea, 2012, vol. 34, páginas 65 – 90.
“Muñoz Grandes” de Luis E. Togores, La Esfera de los Libros, marzo de 2007, página 246.
[29] Versión contada al autor del artículo por un familiar de Alfonso Olivares Bruguera.
[30] “ABC” del 11 de agosto de 1942, edición de la mañana, página 4 y 13 y “La Vanguardia Española” del 11 de agosto de 1942, página 6.
[31] Se denominaba “Vieja Guardia” a los falangistas afiliados al partido antes del inicio de la Guerra Civil.