INTRODUCCIÓN
Con la llegada de los borbones a principios del siglo XVIII, España se dividió en intendencias, copiando el modelo territorial francés de la época. Coexistían enormes intendencias equivalentes a las actuales comunidades autónomas (Galicia, Extremadura, Aragón...), con pequeñas intendencias poco más grandes que una comarca. En otros casos, las intendencias agrupaban territorios separados geográficamente entre sí, lo que dificultaba el trabajo eficaz de la administración. En el caso concreto de nuestra localidad, Manzanares pertenecía a la intendencia de La Mancha que tenía su capital en Ciudad Real.
Este modelo de división territorial permaneció estable hasta principios del siglo XIX. La creación del nuevo estado liberal en la primera mitad del siglo XIX llevó aparejada importantes reformas que también afectaron a la organización territorial. Estas reformas intentaron racionalizar el modelo de intendencias, creando unidades territoriales más homogéneas en cuanto extensión o población. El resultado final de estas reformas fue la creación del sistema provincial aún vigente en la actualidad. Durante este periodo de definición de las nuevas provincias es cuando Manzanares se postuló en varias ocasiones como capital, habiendo tenido serias opciones de haber sido elegida como el centro administrativo de la provincia.
División territorial por intendencias en 1785. |
En la actualidad, la localidad de Ciudad Real ocupa una posición destacada respecto al resto de poblaciones de la provincia. Es la ciudad con más habitantes, en torno a los 75.000, cuenta con importantes infraestructuras como el AVE o la autovía, es sede de la Universidad de Castilla-La Mancha y es un importante centro administrativo y comercial. Esta situación de liderazgo no se daba a principios del siglo XIX. De hecho, no había ninguna localidad en la provincia que destacase sobre el resto. Esto favorecía las pretensiones de otras localidades, como Manzanares o de Almagro, para disputar la capitalidad de la provincia.
En el ámbito de la administración, ni siquiera todas las instituciones públicas de la época tenían su sede en Ciudad Real. Es cierto que el intendente, la máxima autoridad en el territorio, si residía en Ciudad Real, pero, por ejemplo, en Almagro estaba la Comandancia General de La Mancha y en Manzanares la Administración Principal de Correos y, al menos durante el Trienio Liberal (1820-1823), nuestra localidad también fue sede de la Intendencia Provincial de Policía[2].
Adicionalmente, había precedentes cercanos en el tiempo en los que otras poblaciones habían sido temporalmente la capital. Almagro fue capital de la intendencia de La Mancha entre 1750 y 1761, porque en ese periodo un almagreño, el conde de Valdeparaíso, fue ministro de Hacienda y en un claro caso de nepotismo ordenó cambiar la capital a su localidad de nacimiento. Más cercano en el tiempo, durante la guerra de la Independencia, concretamente entre 1810 y 1812, los franceses administraron La Mancha desde Manzanares, donde residían todas las autoridades.
LA DIVISIÓN PROVINCIAL DEL TRIENO LIBERAL (1820-1823)
La primera vez que tenemos noticias de que Manzanares solicitase ser capital provincial fue durante el Trienio Liberal, cuando se estaba debatiendo un proyecto de división provincial acorde al mandato de la Constitución de Cádiz vigente durante este periodo. En concreto, en enero de 1821 las Cortes recibieron una petición para que Manzanares fuese designada como capital[3]. No tenemos mucha más información sobre este primer intento por parte de Manzanares, pero si sabemos que la petición fue rechazada ya que finalmente la elegida fue la localidad de Ciudad Real, de una provincia que tomaría el nombre de su capital.
En cualquier caso, la división territorial que aprobaron las Cortes apenas duró algo más de un año porque cuando Fernando VII recuperó sus poderes absolutos en 1823, gracias a la intervención militar francesa de los Cien Mil Hijos de San Luis, entre las primeras medidas tomadas por el monarca estuvieron la derogación de la Constitución y la anulación de todas las disposiciones aprobadas por las Cortes durante el Trienio Liberal. Esto provocó la desaparición de la recientemente creada provincia de Ciudad Real y la vuelta al sistema de intendencias.
LA DIVISIÓN PROVINCIAL DE JAVIER DE BURGOS (1833)
Una vez fallecido Fernando VII, los gobiernos liberales de Isabel II realizaron importantes reformas en todos los ámbitos. En noviembre de 1833, apenas dos meses después de la muerte de Fernando VII, el nuevo ministro de Fomento Javier de Burgos aprobó una nueva división territorial en la que la intendencia de La Mancha se convirtió de nuevo en la provincia de Ciudad Real, con capital en la localidad de Ciudad Real. Esta división provincial de 1833, con algunos pequeños reajustes territoriales posteriores, es la que se ha mantenido hasta la actualidad.
División provincial de 1833 |
La rapidez y profundidad de esta reforma provocó multitud de reclamaciones en los años posteriores sobre límites provinciales, las capitales designadas o solicitudes de creación de nuevas provincias. En el caso de nuestra provincia, a partir de 1835 y durante todo el año 1836 se publicaron en la prensa nacional numerosas noticias en las que se ponía en cuestión la elección de Ciudad Real y se reclamaba la capitalidad para Almagro o para Manzanares[4]. Incluso se llegó a publicar que parecía inminente el traslado de las autoridades y oficinas de Ciudad Real a una de estas dos localidades, Almagro o Manzanares[5].
Noticia de El Eco del Comercio del 9 de enero de 1836 reclamando la capitalidad para Manzanares. |
También es cierto que muchas de estas noticias que ponían en cuestión la elección de Ciudad Real fueron enviadas por corresponsales de prensa desde Manzanares, con lo que podemos considerar que no serían muy objetivas. Sin embargo, también hemos localizado una noticia con origen en Valdepeñas que reclamaba la capitalidad para nuestra localidad[6] y esto es más llamativo teniendo en cuenta la rivalidad existente entre estas dos poblaciones vecinas.
Para interpretar correctamente estas noticias es imprescindible conocer la situación política de la época. Estas noticias coinciden con los momentos más cruentos de la Primera Guerra Carlista en la zona de La Mancha. Entre 1835 y 1836 las guerrillas carlistas tuvieron mucha presencia en nuestra provincia, llegando atacar y penetrar en Ciudad Real capital e incluso consiguieron mantenerla bloqueada durante días. Es creíble que en estas circunstancias se pensará en trasladar el gobierno provincial a una zona más segura. De hecho, la zona este de la provincia, donde se encuentra Manzanares, era ideológicamente la más afín al liberalismo. Esto propiciaba que en esta zona las guerrillas carlistas tuvieran mucho menos apoyo y presencia. Además, en un periodo de conflicto bélico como fue éste, Manzanares contaba con la ventaja de estar en el Camino Real de Andalucía, lo que facilitaba las comunicaciones con Madrid y las posibilidades de retirada de las autoridades hacia zonas más seguras al norte en caso de peligro.
Toma de Almadén por los carlistas en octubre de 1836, uno de sus mayores éxitos durante la Primera Guerra Carlista en la provincia. |
El debate sobre la capitalidad no se limitó al ámbito periodístico, sino que saltó también a las instituciones gracias a las propuestas de políticos vinculados a Almagro. El gobernador de esta localidad fue el primero en tomar la iniciativa y en enero de 1836 reclamó en un pleno de la Diputación Provincial que la capital se trasladase a Almagro, petición que fue rechazada [7].
Finalmente, el debate llegó hasta las Cortes en enero de 1837, cuando un diputado elegido por el distrito electoral de Almagro, Juan Jerónimo Ceballos, solicitó formalmente en el pleno del Congreso el traslado de la capital a Almagro. Esta petición fue contestada por el diputado del distrito de Ciudad Real, Joaquín Gómez, que obviamente se opuso, originándose un tenso debate. Ante la imposibilidad de acuerdo se decidió que la Comisión de División del Territorio, tomase la decisión definitiva[8].
Aprovechando que el debate estaba abierto, el Ayuntamiento de Manzanares envió una propuesta a las Cortes el 17 de febrero de 1837 solicitando que la capital no estuviese ni en Almagro ni en Ciudad Real, sino en Manzanares[9]. Al mes siguiente, el 10 de marzo, las Cortes recibieron un segundo escrito del ayuntamiento manzanareño exponiendo las razones e inconvenientes por los que ambas localidades no debían elegidas como capital[10].
La Comisión de División del Territorio analizó en el mes de abril de 1837 las peticiones de las tres localidades (Ciudad Real, Almagro y Manzanares), decantándose finalmente por mantener la capital en Ciudad Real. En esta ocasión, las candidatas que más opciones reales tuvieron de ser designadas como capital fueron Almagro y Ciudad Real, ya que la petición de Manzanares llegó con más de un mes de retraso, lo que permitió que la mayoría de las instituciones y ayuntamientos de la provincia se hubieran decantado previamente por apoyar a una de estas dos localidades[11].
Es muy interesante analizar los argumentos que utilizaban las tres localidades en el debate sobre la capitalidad. Curiosamente, las tres poblaciones esgrimían su situación geográfica como una ventaja sobre las otras candidatas. Ciudad Real y Almagro afirmaban estar en el centro de la provincia. Por el contrario, Manzanares también esgrimía como ventaja su situación geográfica, pero por estar situada en el Camino Real que conectaba Madrid con Andalucía, lo que le proporcionaba mejores comunicaciones.
Mapa de la provincia de Ciudad Real en 1850. Resaltado con círculo rojo las tres poblaciones candidatas a ser capital provincial |
La guerra carlista era otro argumento utilizado por las poblaciones candidatas. Manzanares afirmaba que era la población más liberal de la provincia y argumentaba que contaba con una Guardia Nacional, formada por vecinos voluntarios, muy numerosa que hacía, palabras textuales, “imposible cualquier tentativa de los facciosos contra las autoridades”[12]. Es cierto que éste era uno de los puntos fuertes de nuestra localidad para aspirar a conseguir la capitalidad ya que durante todo el siglo XIX Manzanares fue uno de los principales bastiones del liberalismo en una provincia con fuerte implantación del carlismo. Por último, en contraposición a esta ventajosa característica de nuestra localidad, desde Manzanares se acusaba a Ciudad Real de ser un nido de carlistas.
Ante esta acusación, Ciudad Real se defendía con un débil argumento, afirmando que era mejor tener la capital cerca de los carlistas para poder vigilarles más de cerca. También reivindicaban que la muralla medieval que rodeaba Ciudad Real era una ventaja para defenderse de los carlistas, en contraposición con Almagro que tenía cuatro barrios fuera de la zona amurallada. En el caso de Ciudad Real, todo el núcleo urbano se hallaba protegido por una imponente muralla cuyo trazado se correspondía con las rondas que en la actualidad rodean el centro de Ciudad Real. Tenía una extensión de nada menos que 4.600 metros, contaba con 130 torreones y 8 puertas, algunas tan impresionantes como la aún conservada puerta de Toledo.
Puerta de Toledo y murallas de Ciudad Real (1936) |
Almagro usaba el argumento de su mayor riqueza. En cuanto a la industria, revindicaban la importancia de su fábrica de blondas (encaje de bolillos hecho con hilo de seda que se utilizaba para cuellos, puños o mantillas) que en 1827 daba trabajo a 2.000 operarias. También afirmaban que era el principal centro comercial de la provincia ya que se celebraban dos ferias al año en las que fabricantes catalanes depositaban géneros que luego se distribuían desde Almagro por toda la provincia. Este argumento sobre la pujanza económica de la localidad parece que estaba justificado ya que en 1840 Almagro era la población que más impuestos pagaba de la provincia, ocupando Ciudad Real el segundo lugar[13].
Almagro también alegaba que contaba con los mejores edificios, como la sede de la Orden de Calatrava o el edificio de los Jesuitas, que permitirían acoger a las oficinas provinciales y cuarteles. Ciudad Real, por contra, argumentaba sorprendentemente que su plaza era más cuadrada y de hermosa construcción que la plaza deforme, son palabras textuales, de Almagro. En este caso, el paso del tiempo ha inclinado la balanza definitivamente en favor de Almagro, que cuenta con la plaza más bella y mejor conservada de la provincia.
Plaza de Almagro en la actualidad (2021) |
EL PROYECTO DE REFORMA PROVINCIAL DE FERMÍN CABALLERO (1842)
Manzanares tuvo una tercera oportunidad de convertirse en capital provincial y en esta ocasión estuvo muy cerca de lograr su objetivo. Esta nueva oportunidad se originó en el ámbito de un nuevo plan de reforma del sistema provincial. La iniciativa partió del ministro de Gobernación Facundo Infante en agosto de 1841, cuando solicitó la elaboración de una reforma a la Comisión de División del Territorio, la misma que había resulto la disputa de 1837 que ya hemos comentado entre Manzanares, Almagro y Ciudad Real[14]. Esta Comisión había tenido que responder unas 1.200 reclamaciones presentadas entre 1834 y 1841 por límites entre provincias, solicitud de creación de nuevas provincias o cambios de capitalidad. Con todo este bagaje era el organismo idóneo para proponer una nueva reforma territorial. Este nuevo proyecto de división provincial fue liderado por el geógrafo, político y escritor conquense Fermín Caballero, relevante miembro de la Comisión de División del Territorio.
Fermín Caballero debía tener una especial predilección por Manzanares ya que nuestra localidad fue cabecera de un partido judicial en 1834 gracias a su decisión personal. Incluso dentro del distrito de Manzanares se incluyó a Daimiel que tenía más población que nuestra localidad y que por este motivo podía tener más opciones para ser cabecera del partido judicial. No sólo esto, sino que en su proyecto de división provincial Fermín Caballero adjudicó a Manzanares la capitalidad de la provincia que pasaría a llamarse Mancha. Esto es más llamativo teniendo en cuenta que fue el único cambio que propuso Fermín Caballero para las capitales. Desafortunadamente, no se han conservado las argumentaciones de Fermín Caballero para proponer a nuestra localidad.
En la apertura de la legislatura en el Congreso en diciembre de 1841 el regente Espartero defendió que "el buen orden de la administración exige una división territorial que enmiende los defectos que la experiencia ha hecho conocer en la que hoy rige; con este fin se os presentará un proyecto de ley que reclama el bien público"[15]. Con este apoyo por parte de Espartero parecía inevitable la aprobación de la reforma y, por tanto, muy cercana la posibilidad de Manzanares de convertirse en capital.
El proyecto de Fermín Caballero fue entregado al ministro de Fomento en 1842, pero el gobierno cayó a los pocos meses en junio de ese mismo año, por lo que no tuvo tiempo de cumplir con el compromiso expresado por Espartero de llevar a cabo una nueva división provincial durante esa legislatura. Este cambio ministerial frustró las opciones de Manzanares cuando más cerca estuvo de su objetivo. Sin embargo, la caída del progresista Espartero en 1843 no supuso el fin definitivo del proyecto de Fermín Caballero.
Los siguientes gobiernos moderados no abandonaron la idea de llevar a cabo la reforma del sistema provincial. En 1844 una nota interna del consejo de ministros aludió a la necesidad de retomar la reforma provincial. En 1847 el ministro de Gobernación Antonio Benavides remitió el proyecto de Fermín Caballero al Consejo Real sin que éste llegase a tomar una decisión al respecto.
Con la vuelta al poder de los progresistas en 1854, se retomaron los proyectos de reforma. En 1856 el ministro de Gracia y Justicia, José Arias Uría, encargó de nuevo a Fermín Caballero la redacción de un proyecto de ley de división territorial. En ese mismo año, el ministro de Gobernación, Patricio de la Escosura, anunció la creación de una comisión presidida por Fermín Caballero y Práxedes Mateo Sagasta para la redacción de un nuevo proyecto de organización territorial. Una vez más la comisión no pudo terminar sus trabajos por la disolución del parlamento en septiembre.
En definitiva, los continuos cambios del ejecutivo típicos del siglo XIX, con gobiernos que duraban pocos meses o incluso semanas, impidieron la aprobación definitiva de un proyecto, como el de Fermín Caballero, que necesitaba forjar amplios consensos para llevarse a cabo.
Llegados a este punto sólo nos queda especular con lo que hubiera supuesto para Manzanares si en alguna de estas ocasiones se hubiese aprobado el proyecto de Fermín Caballero con nuestra localidad como capital provincial. Podemos hacernos una idea de que habría pasado en Manzanares si analizamos la evolución que ha tenido la localidad de Ciudad Real en estos casi dos últimos siglos en los que ha ostentando la capitalidad. A modo de ejemplo, recordemos que Ciudad Real tenía a principios del siglo XIX prácticamente el mismo número de habitantes e importancia que Manzanares y que en la actualidad casi cuadriplica la población de nuestra localidad.
[1] Los datos de población se han obtenido del Boletín Extraordinario de Ciudad Real del 2 de noviembre de 1835 en el que se publican el número de habitantes de cada localidad para asignar la cuotas de reclutamiento.
[2] "Revolución liberal y neoabsolutismo en La Mancha (1820-1833. Manuel Adame, el Locho", Juan Díaz-Pintado Pardilla, Diputación Provincial de Ciudad Real, 1998, página 275.
[3] "La reforma de la división provincial en la meseta meridional (1800-1850)", Jesús Burgueño Rivero, publicado en Estudios Geográficos, volumen 58, nº 228, 1997.
[4] Las noticias publicadas en la prensa nacional reclamando la capitalidad para Manzanares durante el año 1836 fueron:
El Eco del Comercio del 20 de septiembre de 1836.
[5] Las noticias publicadas en la prensa nacional anunciando o solicitando el traslado de las autoridades provinciales a Almagro o Manzanares son:
[6] El Castellano del 21 de noviembre de 1836.
[8] Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes del 4 de enero de 1837.
[9] Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes del 17 de febrero de 1837.
[10] Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes del 10 de marzo de 1837.
[11] Almagro y Ciudad Real: el pleito sobre la capitalidad", Félix Pillet Capdepon, "1ª semana de historia de Almagro", Diputación Provincial de Ciudad Real, 1987.
[12] El Eco del Comercio del 9 de enero de 1836..
[13] Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real de 17 de diciembre de 1840.
[14] Las fuentes utilizadas sobre el proyecto de reforma de Fermín Caballero de 1842 son:
"La reforma de la división provincial en la meseta meridional (1800-1850)", Jesús Burgueño Rivero, Estudios Geográficos, volumen 58, nº 228, 1997
"Fermín Caballero y el proyecto de división provincial de 1842", Jesús Burgueño Rivero, Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo 192, Cuaderno 1, 1995, págs. 119-142.
[15] Diario de Sesiones del Congreso del 26 de diciembre de 1841.
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