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domingo, 30 de abril de 2017

UNA HISTORIA DE ESPIONAJE EN MANZANARES DURANTE LA II GUERRA MUNDIAL. El plan de asesinato del almirante Canaris

En el verano de 1940, en plena II Guerra Mundial, la situación de Gran Bretaña era crítica. En menos de un año Alemania había derrotado a polacos, daneses, noruegos, holandeses, belgas y franceses. Los británicos, con tan sólo el apoyo de sus dominios y colonias, se enfrentaban contra Alemania e Italia que ocupaban gran parte del continente europeo.

En el mes de julio empezó la gran confrontación aérea conocida como la Batalla de Inglaterra, que era el paso previo de los alemanes para lanzar la operación "León marino", cuyo objetivo era la invasión de Gran Bretaña. En esas mismas fechas los alemanes evaluaban otras alternativas para debilitar a los británicos como la conquista de Gibraltar, con el objetivo de cerrar el Mediterráneo a la navegación inglesa y que implicaría la entrada de España en la guerra al lado del Eje.

Sería precisamente en España, y más concretamente en Manzanares, donde los británicos tuvieron la oportunidad de asestar un duro golpe a los servicios secretos alemanes según el testimonio del famoso espía británico Kim Philby.

Kim Philby

Durante la II Guerra Mundial Kim Philby trabajaba en el Servicio de Inteligencia Secreto (SIS) y estaba asignado a la Sección 5 responsable de las operaciones en España, Portugal, Gibraltar y Norte de África. Probablemente en el verano de 1940, Philby recibió un mensaje interceptado por Ultra(1) en el que se revelaba que el almirante Wilhelm Canaris, jefe del servicio de inteligencia alemán Abwehr, de visita en España, se iba a desplazar en coche desde Madrid a Sevilla y que iba a pernoctar en Manzanares. Según cuenta el propio Philby(2):

“Yo conocía aquel pueblo muy bien, por mi estancia en España durante la Guerra Civil. El único sitio donde podía alojarse Canaris era en el Parador. Le envié un memorando a Cogwill para que informáramos al SOE al respecto, por si ellos deseaban montar una operación de asesinato contra Canaris. Por lo que recordaba del Parador, no hubiese sido demasiado difícil arrojar un par de granadas al dormitorio de Canaris.”

Felix Cogwil, jefe de la sección 5 y superior directo de Kim Philby, aprobó el memorando y lo envío al jefe del SIS, el general sir Stewart Menzies, el cuál desestimó el plan indicando que “no deseo que se realice ningún acción contra el almirante”. Tiempo después, Kim Philby se encontró personalmente con sir Stewart Menzies al que preguntó el motivo por el que había rechazado su plan. Menzies sonrió y le contesto que “pienso que aún podemos necesitar al almirante”.


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Wilhelm Canaris

Como en una buena película de espías, todos los protagonistas de esta historia interpretaban un doble papel. Canaris formaba parte de la oposición interna en Alemania a Hitler y mantenía contactos secretos con los británicos. Por este motivo Menzies protegió a Canaris ya que preferían conservarlo con vida y mantener la comunicación con los alemanes contrarios a Hitler. Kim Philby, en realidad, era nada menos que un doble espía que trabajaba para los soviéticos y actuaba para proteger sus intereses.

El propio Philby cuenta que “sólo después me enteré de que Canaris estaba en contacto con nuestro servicio a través de una conexión en Suecia”. Estos hechos le alarmaron por las implicaciones que podrían tener para los soviéticos. Estos temían que si los opositores alemanes conseguían eliminar a Hitler podían hacer una paz por separado con los Aliados con lo que Alemania, incluso con el apoyo aliado, podría volcarse en su guerra contra la URSS. 

Aunque lo anterior no llegará a producirse, los contactos de los Aliados también les preocupaban por sus planes para el futuro de Alemania una vez derrotada. Los soviéticos tenían como objetivo tras la guerra formar un gobierno comunista en Alemania y convertirla en un país satélite, como hicieron finalmente con la mayor parte de los países del este de Europa. Los contactos de los británicos con la oposición alemana podían entorpecer sus proyectos, ya que los opositores podrían ser usados por los Aliados para formar una fuerte corriente anticomunista en Alemania que impidiera su control del país en la posguerra.

Por indicación de su controlador soviético, los esfuerzos de Philby se centraron a partir de ese momento, y con mucho éxito, en obstaculizar y romper los lazos del servicio secreto británico con los opositores alemanes a Hitler.

En el relato de Philby no se especifica la fecha en la que Canaris pernoctó en Manzanares pero es probable que fuese alrededor del 24 de julio de 1940. Durante la segunda mitad de este año Canaris realizó frecuentes viajes a España ya que Hitler le había encomendado la misión de negociar con Franco la entrada de España en la II Guerra Mundial como aliado alemán, pero sólo en esta fecha tenemos constancia de que viajase desde Madrid hasta Sevilla(3). El destino final de este viaje era Gibraltar donde quería inspeccionar las defensas británicas y preparar un plan de ataque para ocupar el peñón. Esta importante operación cortaría el acceso de la flota británica al mar Mediterráneo y dificultaría las estratégicas comunicaciones de la metrópoli con Oriente Medio, la India y Australia, que eran vitales para mantener el esfuerzo bélico.

Muchos años después, en 1963, una vez descubierto que realmente trabajaba para los soviéticos, Philby huyó a la Unión Soviética. En Moscú siguió trabajando para el KGB y recibió numerosas condecoraciones como la Orden de Lenin y la Orden de la Bandera Roja. Vivió en la Unión Soviética hasta su muerte en 1988, poco antes de que se derrumbase el régimen comunista. Formó parte de la red de espionaje, llamada “los cinco de Cambridge”, junto a Donald Maclean, Guy Burgess, Anthony Blunt y John Cairncross y que supuso la mayor infiltración soviética conocida en los servicios de espionaje occidentales durante la Guerra Fría.

Estos hechos los relató Philby en Moscú, poco antes de su muerte, al periodista australiano Phillip Knightely. Podría dudarse de la veracidad de la historia contada por Philby ya que podría estar tentado, como buen espía, de manipular la realidad para dejar en mal lugar a los británicos, presentándoles como desleales a sus aliados, ya que mantendrían durante la guerra conversaciones secretas con los alemanes a espaldas de los soviéticos.

En cualquier caso, la historia parece verídica en todos los aspectos. Está probado que durante la guerra Canaris se comportó principalmente guiado por sus convicciones y su rechazo a Hitler, manejando hábilmente la información para confundir alto mando alemán y manteniendo contactos con los Aliados, lo que explicaría el rechazo de los británicos a atentar contra él. Las sospechas sobre Canaris se fueron acumulando y llevaron a Hitler el 18 de febrero de 1944 a decretar el fin de las actividades del Abwehr y a relegar a Canaris a un puesto de segundo orden en el Ministerio de Propaganda. Finalmente, Canaris fue condenado a muerte y ejecutado en la horca el 9 de abril de 1945, poco antes del final de la guerra, en el campo de concentración de Flossenbürg por guardias de las SS, por su implicación en el intento de asesinato de Hitler del 20 de julio de 1944. 

También es probable que Philby conociese Manzanares ya que visitó España, siendo ya agente soviético, en el verano de 1934, otra vez en 1935 y, posteriormente, fue corresponsal del diario "The Times" durante la Guerra Civil informando desde el bando franquista. Permaneció en España hasta agosto de 1939, desde donde fue enviado a Francia para cubrir como corresponsal el inicio de la guerra con Alemania (4). 

Adicionalmente, resulta lógico que Philby indicase en su memorando que Canaris probablemente pernoctaría en el Parador, llamado por aquél entonces albergue para automovilistas, ya que por esa fecha Manzanares contaba únicamente con dos hoteles de categoría para alojar a estos importantes visitantes. Uno era el Gran Casino y el otro el Parador. Éste último se había construido en 1931, a iniciativa del Patronato Nacional de Turismo, con el objetivo precisamente de proporcionar alojamiento a los viajeros de camino entre Madrid y Andalucía. Su ubicación en las afueras de la población, al contrario del Gran Casino que se encontraba en pleno centro, era mucho más segura y adecuada para viajeros que quisieran pasar desapercibidos.

Albergue para automovilistas de Manzanares (1932)

Por último, la interceptación por Ultra del mensaje también resulta creíble ya que en el verano de 1940 los británicos empezaron a descifrar las comunicaciones de la fuerza aérea alemana y, precisamente, en este viaje Canaris estaba acompañado por el general de aviación Von Richthofen, primo del famoso as de la I Guerra Mundial conocido con el nombre de Barón Rojo.

Por tanto, todo parece indicar que realmente Manzanares, aunque fuese de forma accidental, fue el escenario de una trama del espionaje británico que, de haberse llevado a cabo, habría ocasionado que nuestra localidad ocupase un lugar destacado en la historia de la II Guerra Mundial.



Miguel Ángel Maeso Buenasmañanas, abril de 2017


(1) Se denominaba Ultra a la información obtenida por los servicios secretos británicos durante la II Guerra Mundial a partir de la desencriptación de las comunicaciones alemanas enviadas a través de la máquina Enigma.

(2) “Philby, maestro de espías” de Phillip Knightley, Ediciones B, 1989, páginas 119–124.

(3) "Franco" de Paul Preston, Ediciones Grijalbo, 4ª edición de junio de 1994, página 461 y el artículo "Operación Félix y el intento hispano - nazi de invadir Gibraltar" de José Manuel García Bautista publicado en https://www.cadizdirecto.com/operacion-felix-y-el-intento-de-invadir-gibraltar/ (fecha de acceso mayo de 2017).

(4) Philby, maestro de espías” de Phillip Knightley, Ediciones B, 1989, páginas 65 - 66 y 79.